Extremadura tiene territorio, extenso y formidable. Esta esquina del mundo está dotada de guías únicas, personales, íntimas, colaborativas, fronterizas, rayanas y reversibles. En esta tierra el velcro de sus localidades se acomodan a la piel del territorio, una piel que muda y puede adquirir infinidad de hitos genuinos. Esa guía es endémica, exportable y aunque suene cansino, es reversible. En ese mapa, en esa frágil guía, estamos todos, están todos, y el artista Daniel Muñoz nos ha editado su imaginario atlas en una obra dentro y fuera de un museo, el MEIAC. El arte para todos y en todos lados.
Una de las funciones del artista es oler, perseguir, estudiar, husmear las obras, encontrar las pistas que proyecten su arte, Muñoz lo hace, lo recuerda y nos lo muestras en esta especie de obra-juego-guía. El artista extremeño, pinta, cose, corta con la radial y se asoma a una piedra milenaria para marcar unas coordenadas. El resto es mejor que lo averigüe el público, el turista, el paisano, que ha visto ligeramente modificado su paisaje, tres acciones y un único y lacerante proyecto. Puede que reversible. O no.
¿Tercera y última intervención de la Guía para un territorio reversible?
En septiembre arrancó todo con un mural en los exteriores del museo MEIAC, una intervención que se trata de un mapa que da unas coordenadas geográficas para llegar a cinco intervenciones que realicé en cinco señales turísticas abandonadas en Extremadura, esa sería la segunda parte, y la exposición funciona un poco como un dispositivo de interpretación de todo lo que ha sucedido en las otras dos fases anteriores. La exposición tiene como un carácter casi informativo, como un centro de interpretación. Tiene la forma y los contenidos de esa visita, de ese guiar al público para adentrarse en un territorio personal. Hay tres obras que son las tres únicas obras que están enmarcadas, son tres dibujos, que funcionan como tres conclusiones de todo el proyecto. Las obras las han adquirido el museo y tienen ese carácter de archivo.
¿Qué nos habla, que nos cuenta esta exposición?
Con las obras de las instalaciones, de las señales turísticas en enclaves muy diferentes entre sí, quería de alguna manera enfatizar que están en espacio público, que llueve, que se pueden caer, que las pueden arrancar, en definitiva puede pasar de todo. De eso habla la exposición, de todo ese proceso de gestación de todo el proyecto pero con añadidos como el fracaso, la problemática o todas las cosas que suceden ahí “fuera” del museo.
¿Se cuestiona entonces los espacios artísticos?
Otra gran idea del proyecto es esa exactamente esa: cuestionar los espacios del arte desde un museo. Es decir, si un museo no articula esa manera de interpretar que hay elementos fuera de sus recintos, nos deberíamos cuestionar, ¿Cuáles son los espacios para el arte? ¿Cuáles son los objetos artísticos? ¿Es más importante la obra final que el proceso? En fin, hay varias líneas que cuestionan estas cosas en el proyecto.
¿Y se entienden bien esas cuestiones, el público conoce esos espacios?
Creo que funcionan bien en un principio, igual las he encriptado demasiado pero también me gusta que sea un poco el público el qué se planteé esas dudas. Esta exposición arranca con una palabra, “husmear”, un verbo que no solo el artista debe utilizar continuamente, también el espectador debe investigar y cuestionar el arte. El arte no es sota, caballo y rey. Siempre debe haber una lucha para saber qué es lo que pasa, como un acto comunicativo cualquiera.
…Guía para un territorio reversible…¿Engloba todo el proyecto, o estamos hablando de esta fase en el MEIAC?
Todas las fases, es el título de toda la obra. Es una guía, muy relacionada con el turismo, de manera irónica quería plasmar que un espacio se puede modificar, una guía que yo he modificado y que lógicamente puede modificar el espectador con su mirada.
De eso habla la exposición, de todo ese proceso de gestación de todo el proyecto pero con añadidos como el fracaso, la problemática o todas las cosas que suceden ahí “fuera” del museo
¿Qué tiempo has dedicado para desarrollar esta tercera y definitiva fase de la Guía para un territorio reversible?
Aproximadamente diez días de trabajo en campo, es decir antes se ha elaborado un boceto previo de meses para llegar a este resultado. Más o menos como la segunda fase, con los murales de los exteriores del museo MEIAC. Dentro del museo, todo ha sido diferente, al tener un espacio tridimensional, hasta que no he llegado al sitio concreto no he cerrado todo, he tenido la oportunidad de improvisar bastante durante la ejecución del mismo.
¿Qué supone para un artista disponer de todo un museo de arte contemporáneo como el MEIAC de Badajoz para trabajar in situ con tu obra?
Para mí es fundamental. Desde esa primera idea que se propuso, el mural en los jardines del museo para conectar el exterior del edificio, no sólo a la ciudad, también al resto de Extremadura, utilizando una serie de símbolos que se pueden exportar a cualquier territorio del mundo. El 80% de mi trabajo lo realizo en espacios públicos y para mí es escrupulosamente necesario salir ahí fuera para hacer las cosas, desarrollar arte. Y tener esa dualidad dentro y fuera del museo, conectar esa idea, ha sido un trabajo muy interesante.
¿Cuáles son los espacios para el arte? ¿Cuáles son los objetos artísticos? ¿Es más importante la obra final que el proceso?
El arte en época de pandemia…¿Cómo has podido desarrollar tu trabajo
Yo he tenido la suerte de trabajar, con otros proyectos también, pero con éste desde el inicio propio de la pandemia, sobre febrero de 2020, y la verdad que todo el equipo del museo siguió con la continuidad del proyecto y eso se agradece enormemente. En cierta medida esta pandemia me ha venido algo bien, aunque suene mal decirlo, ya que estos parones han generado una reinterpretación de todo, una especie de reciclado necesario. Las circunstancias son muy difíciles para el sector de la cultura, y aunque las artes plásticas llevamos en precariedad muchísimos años, esta etapa supone una ruptura total para muchos artistas.
Willy López | Fotografía. Félix Méndez