Formada como historiadora del arte en la Universidad de Salamanca y como fotógrafa en la Escuela de Arte de Huesca. Hasta ahora, sus trabajos han estado muy relacionados con la narración del viaje en primera persona. De ahí trabajos como “Portugal. Porto de chegada, porto de saída” (2003) o “Grecia”(2005). En sus últimos trabajos también se ha mezclado con la narración literaria, como en “París no se acaba nunca” (2007), un trabajo para la red de Bibliotecas de Barcelona y Fotointerpreta sobre la obra de Enrique Vila-Matas; o “Italia vs. Italia” (2007), que parte de un diario de viaje escrito por su bisabuelo Adelardo Covarsí; o “Compañeros de viaje. 25 escritores extremeños” (2008), que habla del proceso creativo de 25 escritores nacidos en Extremadura. En “La Humedad” (2009) el viaje parte de lo más cercano, la familia. [Extraído de: https://www.cccb.org/es/participantes/ficha/laura-covarsi/47428 ]
¿A qué te dedicas exactamente?
En los últimos años he trabajado con patrimonio fotográfico, esto quiere decir que he trabajado sobre todo en la conservación y restauración de patrimonio fotográfico y trabajando en la restauración y conservación de los objetos físicos. Durante un tiempo, también digitalizando colecciones fotográficas y últimamente comisariando exposiciones de fotografía. Luego, también realizo investigaciones sobre la historia de la fotografía y los procedimientos fotográficos.
¿Cómo descubriste este oficio y te diste cuenta que te querías dedicar a él?
Mi padre era fotógrafo (Antonio Covarsí), por lo que en mi casa siempre viví mucho la fotografía. Lo primero que estudié fue historia del arte y cuando la terminé, quise continuar estudiando algo más, y estuve decidiendo entre conservación y restauración o fotografía. Ese año, tuve un problema físico que quizás me interfería a la hora de estudiar restauración y conservación por lo que me decanté por la fotografía. Lo que pasa es que siempre tuve en mente la conservación y restauración, por lo que en un momento caí en que podría unir las dos cosas. Me costó trabajo encontrar un sitio donde estudiarlo, hasta que me fui a vivir a Portugal en 2011 y a trabajar como fotógrafa, donde descubrí que había un máster de conservación y restauración de patrimonio fotográfico y lo estudié. Allí estaba Luis Pavao como profesor, un profesional muy reconocido en este oficio. Desde entonces, trabajo más en conservación y restauración, que en fotografía.
En resumen, ¿cómo es el proceso de restaurar una fotografía?
Curiosamente, la especialidad de fotografía no se parece tanto a las otras especialidades porque los fotógrafos en general producen muchísimo. Trabajamos en conservación preventiva, que es tratar de que los deterioros no avancen, es como congelar el estado de conservación en el que está y mejorarlo si es posible a través de las condiciones ambientales del sitio donde van a estar. Cuando hay problemas a nivel físico en el que el objeto está deteriorado lo primero que hacemos es limpieza muy mecánica y estabilizar los soportes, que es una ayuda para que la imagen no continúe deteriorándose y pueda seguir viviendo el mayor tiempo posible.
¿Qué crees que hay de arte en esta restauración de obras?
Si consideramos arte como un proceso creativo, en la conservación y restauración no debe de haber un proceso creativo, porque como profesionales en esta materia, no debemos intervenir de esa manera, no debemos aportar nada creativo. En el sentido de cómo ser creativo en el proceso de conservar y restaurar, debemos ser ingeniosos porque hay que buscar soluciones a una problemática que tiene un objeto y esas soluciones se las damos a través de los materiales que conocemos que pueden venirle bien o pensar en maneras de estabilizar el objeto a través del montaje físico. Luego hay una parte que es la que más disfruto de este trabajo y es la parte en la que investigo al autor, el procedimiento que ha seguido, su historia, el contexto, contextualizar su obra dentro de un período histórico y ofrecer todos esos datos a la historiografía de la fotografía.
Actualmente, ¿hay mucha gente que se dedique a la conservación y restauración de obras?
Empieza a ser requerida. Todavía no hay mucha fotografía a la que no se le da la importancia que puede tener incluso en los archivos. Hay veces que en los archivos hay muchísimos tipos de documentos y todavía la fotografía, como parece que es algo reciente, a veces no se le da mucha importancia, se le considera como mero documento y es un error, porque aporta muchísima información a muchos niveles que se puede aplicar de manera transversal a la investigación que se puede hacer en nuestro mundo contemporáneo.
Empieza a haber trabajo sobre esto y va unido a la valorización que se empieza a hacer sobre el patrimonio fotográfico. Cuanto más valor se le de, más reconocimiento se le de a esa expresión visual, más necesidad se reconocerá.
Siendo hija de un fotógrafo, ¿crees que ha podido influir en que acabes dedicándote a algo relacionado con ello?
No solo porque mi padre era fotógrafo, sino porque en mi familia, mi bisabuelo por ejemplo, Adelardo Covarsí, fue Director de Patrimonio en Badajoz. Yo no lo conocí pero supongo que eso hizo que en mi familia hubiese un respeto hacia el patrimonio cultural y eso son cosas que se van quedando a través de las diferentes generaciones, y al estar rodeada en casa de objetos que son patrimoniales, aprendimos a tener un respeto por la cultura. Me gusta investigar y aprender que es lo que había en el pasado y conservarlo para un futuro. Unidas esas dos cosas, la fotografía que he aprendido con mi padre más esa tradición familiar, han tenido que ver mucho con mis años profesionales.
