Sillas colocadas milimétricamente para dar cobijo a un centenar de culos aflamencados. Un tipo que se flagela por no haber comprado antes la entrada. No hay billetes, aforo completo, no hay papel en el Centro de Ocio Contemporáneo. Un cuento para mi niño en la prueba de sonido y un colacao para endulzar las cuerdas vocales. Joselito rasga la guitarra, una careta para homenajear a Manuel, el disfraz entero son palabras mayores. Alba descansa, se deja llevar por el silencio del camerino, sonríe, mientras se atusa el pelo, recompone el moño-coletero, solamente asoma su alma al alfeizar de nuestra entrevista. Abre una pequeña caja de latón con fotos de su padre y ella en un concierto en la ciudad realizadas por Félix Méndez, las pasa rápido, evita verlas, las acaricia, acaricia a su padre, Manuel, nos susurra que no puede verlas, musita que no quiere llorar con la misma voz gitana de su madre, Lole. Canta por ellos.
Alba canta a tus padres
Yo me había planteado cantar en alguna ocasión el repertorio de Lole y Manuel pero en cuanto lo pensaba rápidamente lo desechaba porque siempre he pensado que me venía grande, y todavía lo pienso, no soy Lole y puedo llegar a serlo, no existe le hada madrina que me diera ese placer, tengo completamente asumido que sólo puedo adaptarme al trabajo de músicos únicos como ellos. Quizá la muerte de mi padre ha sido el detonante que me ha empujado a hacerlo, si él estuviera vivo todavía, aunque suene triste decirlo, no lo hubiera planteado porque simplemente la memoria de los dos estaría presente, viva, que todavía lo está pero en nuestro alma.
¿Qué implica sacar desde el fondo de tu voz los temas que un día parieron tus padres hace cincuenta años?
Es bastante complejo, no se trata de un concierto creado para mí, son canciones de por sí complicadas de expresar. La modulación, la forma de expresión, de interpretar la letra son complicadas de llevarlas a los escenarios, por eso eran únicos, y meterse en ese mundo flamenco tan genuino o hay que estar muy loca o hay que tener muy poca vergüenza. Yo tengo las dos cosas…[Ríe]…justamente esta dificultad me mueve por dentro y es muy difícil para mí, ya no sólo por la envergadura del repertorio de Lole y Manuel, sino también por lo que conlleva ser hija de ello.
¿…y el ser hija de Lole y Manuel ha hecho que miren con más exigencia tu trabajo?
En absoluto, he recibido, estoy recibiendo presión, pero por la acogida tan cariñosa que estoy recibiendo. El público está viendo que mi manera de hacerlo es humildemente. Es una experiencia liberadora, muy verdadera, la verdad te hace libre.
Flamenco Alba Molina, flamenco puro, flamenco de influencias, flamenco de Lole y Manuel…
Flamenco de Lole y Manuel, no sé cuál es pero es el suyo. A mí me gusta todo tipo de música, desde chica he hecho todo tipo de cosas, con la Niñas, Navajita Plateá, y muchos músicos más. No me gustan las etiquetas, no es que no me gusten, sino que nos la entiendo. Me gusta el jazz, la música brasileña, me apasiona la música negra y hasta la clásica.
“La modulación, la forma de expresión, de interpretar la letra son complicadas de llevarlas a los escenarios, por eso eran únicos, y meterse en ese mundo flamenco tan genuino o hay que estar muy loca o hay que tener muy poca vergüenza… Yo tengo las dos cosas”
Es importante destacar que vienes con el repertorio de Lole y Manuel, pero más aún es saber en qué momento te encuentras tú en este momento
Yo tengo 38 años y encima me he dado el permiso de hacer lo que he querido siempre. He pasado por tanto por muchos momentos y he aprendido sobre todo las cosas que no tengo que volver a repetir, porque sencillamente no me gustan después de haberlas hecho. Pero los proyectos que me apasionan y me han dado energía voy a volver a seguir llevándolos a cabo, independientemente de lo que eso pueda acarrear. Ahora mismo estoy en un momento quizá más serena, algo menos efusiva pero con más asentada. Todo el espacio de mi vida profesional y personal lo ocupa esta gira con el repertorio de mis padres. Estas canciones son muy de aura, de compromiso conmigo misma. Ese estado de espiritualidad me aporta dignidad de la herencia que me han dejado, ni propiedades, ni dinero, pero me han dejado todo un legado musical que vale mucho más que todo eso. La sensación es agridulce, por la marcha de mi padre y todavía no puedo mirar ni ver las fotos de mi padre, otras veces me da alegría recordarlo.
Has llenado el local, mucha gente se quedará fuera en este concierto, esta tierra tiene estima por el trabajo que hacéis desde el flamenco.
¡Es genial! Estoy muy ilusionada pero también muy nerviosa, la gente me está dando mucho cariño. Sé que en Extremadura se aprecia este género tan nuestro. Yo traigo a esta tierra estas canciones porque son mías también, es mi cultura del sur, te das cuenta con mi edad que puedes aportar una pizca de flamenco en el panorama actual.
Hablas de que está con el gusanillo, nerviosa, antes de actuar, pero ¿Cómo te preparas este tipo de homenajes tan potentes sentimentalmente hablando?
Vengo concentrada desde la semana pasada, se trata de un ritual para mí, vengo calladita en el coche, buscando ratos para dormir y dejarme llevar por el paisaje del trayecto. Me gusta entrar en el camerino y dejar todas mis cosas preparadas, ir retocándome el pelo, los trajes…este ritual forma parte de un todo, el proceso natural para ponerme delante de un micro. Ese momento es clave, me suele recorrer un sudor frío, un nervio necesario para empezar a romper con el repertorio. El escenario me atrapa y me dejo llevar. Cuando termino es un gustazo, me dan ganas de llorar, es una sensación vacilona que te reconforta como persona y artista….me acuesto bastante feliz…[sonríe].
“El escenario me atrapa y me dejo llevar. Cuando termino es un gustazo, me dan ganas de llorar, es una sensación vacilona que te reconforta como persona y artista….me acuesto bastante feliz”
Alba…¿Existe alguna canción que te haga más tilín que otra?
Depende del día pero cuando canto Nuevo día hay algo que me mueve las entrañas, es la canción más bonita del mundo…[ríe]…y eso tiene su miga.
Cuando miras a la izquierda ya no está Manuel, pero tiene a Joselito Acedo…
…Joselito es el que se merece estar ahí, ha estado toda la vida al lado de Lole y Manuel, ha tocado con ellos en un montón de ocasiones y él se ha inyectado a mi padre de una manera que nadie lo ha hecho. No conozco a nadie que sepa tocar la guitarra como lo hacía mi padre, no hablo de parecido, Manuel es inigualable, pero posee el aire de su toque. Y a mí eso me transporta a su música.
Entrevista. Willy López | Fotografía. Félix Méndez