Paseo de San Francisco. Badajoz. 17 horas. 35º. Marcos, Ángel y Javier, tres chavales de doce y trece años esperan con un libro en la mano en la carpa de las firmas. Asalto al vacío ¿Cómo he llegado hasta aquí?. La anterior publicación de Arkano. En la Feria del Libro presenta su última publicación. Nada que ver con la que Ángel, el que más nervioso está de los tres, agarra sudoroso para que el rapero y escritor estampe su autógrafo. Castillos en el espacio vuela para otro público, y como el mismo batallero de gallos comenta, ni tan siquiera podemos llamar novela, ni poemario, ni ensayo. Es la hora, y Arkano se viste de Guillermo Rodríguez Godínez, atrás quedaron las rimas improvisadas con la que moldear su verborrea fresca, directa y ácida. Nos recuerda que La vida es bella de Begnini es un maravilla y que La insoportable levedad del ser de Kundera le marcó al leerla desde la primera página. Guillermo abandona Arkano por un rato para meterse en el mar de dudas que plantea crecer y sentir el torrente de la responsabilidad con la sociedad que mamamos día a día. Ángel llama a la novia tras la rúbrica del libro, emocionado se lo pasa al autor, atrás una cola infinita de acólitos espera entre envidia, risas y buen rollo. Qué lean, aunque sean mis humildes palabras, ya supone para mí un pequeño hito de esperanza, masca Arkano con una sonrisa cómplice, aunque antes deben leer a los grandes, apostilla antes de darnos un apretón de manos. Aún las tenemos rojas.
Arkano trae en Castillos en el espacio textos libres donde se despoja de máscaras y ataduras, y pasea por las luces y las sombras de su vida, haciéndolas visibles a los ojos del lector. Un libro lleno de textos honestos y valientes, cargado de juegos de palabras y dobles sentidos, versos intimistas.
Durante la lectura de Castillos en el espacio se experimenta la alegría de momentos mágicos, la timidez que nace al contemplar el amor, el miedo que paraliza ante la posibilidad de fracasar, la vergüenza y el trauma de los golpes de la infancia.
Arkano, para escribir, para improvisar, para llegar a conversar como lo haces ¿Debes leer mucho?
No soy un gran lector, pero no me gusta hacer apología de la no lectura, al contrario…yo publico libros…[Ríe]…pero tampoco la lectura tampoco tiene que tener la exclusividad de fuente de enriquecimiento del ser humano. Hay muchísimas vías…como el cine, las series, una conferencia, una canción o una conversación. De todo podemos aprender.
…Pero eres escritor y tu público vienen con libros que firmar…
Yo siempre digo que no soy escritor, yo suelto mis movidas y si eso les puede ayudar a ellos a acercarse a consumir cultura a través de este formato que al final puede ser una vía de acceso a autores más clásicos pues misión cumplida.
No sé si me equivoco pero de tus dos publicaciones, Castillos en el aire tiene un salto generacional importante…
…los dos reflejan parte de mi vida, en Asalto al vacío también hay mucho de Guillermo, pero sí es verdad que es un formato mucho más sencillo de consumir, en Castillos en el espacio no es tan simple. La información está aquí y la recibes, pero creo que es algo más profundo, con mayor complejidad y quizá no tan dirigidos al anterior público, pero si emociona me da igual la edad.
La lectura tampoco tiene que tener la exclusividad de fuente de enriquecimiento del ser humano. Hay muchísimas vías…como el cine, las series, una conferencia, una canción o una conversación
Háblanos del hip hop, rap, trap…de esa evolución musical de este género que tan bien se te daba en la batalla de gallos…
…yo me retiré de la batalla de gallos hace un par de meses, ya no participo pero sí que voy de juez a las competiciones y desde el plano creativo y organizativo ayudo en lo que me piden. El rap creo que está en un buen momento porque se ha generado mucho público y mucha gente haciendo buen rap. El género ha crecido y el trap y el reggaeton han asumido parte del mainstream, parece que el rap se ha quedado pequeño pero nada que ver, está en muchos más formatos y estilos.
Consumir cultura a través de este formato que al final puede ser una vía de acceso a autores más clásicos pues misión cumplida
Yung Beef, Rosalía, C. Tangana…
…a veces, los raperos más clásicos pecamos de hablar desde una atalaya moral, algo engreída pero cada uno refleja su realidad. El arte no tiene que tener ningún tipo de barreras, y eso es lo bonito, que cada uno pueda expresar lo que quiera del modo que quiera y que el público libremente pueda elegir qué es lo que consume. Tenemos que generar individuos cada vez más críticos para que la cultura que consuman pueda ser de calidad.
Willy López |Fotografía. Félix Méndez