Se respira tranquilidad en los instantes previos a la obra de Teresa o el sol por dentro que Rafael Álvarez “El Brujo” interpretará en lo que otra época fue el huerto del Convento de San Benito. Alcántara es una localidad que ya posee versos del maestro entre sus muros, un pueblo que acoge al dramaturgo como un paisano más, le da cobijo y lo fija con pegamento en la maqueta imaginaria donde emergen en alzados majestuosos las dos bestias arquitectónicas, el puente romano y la presa. La otra bestia, el animal del teatro, El Brujo, nos concede una entrevista, nos cede el único hueco del que dispone, llega con muy poco tiempo para actuar, llega con ropa cómoda, de lino blanco, como un yogui made in Spain, con su anahata chakra en forma de teatro, una cajita de polvo de maquillaje, un cepillo, un peine y una foto de dos de sus hijos, los más pequeños, los que le exigen verbena a cada instante. Extremadura le ofrece un terreno donde descansar, una cercanía que le permite meditar, escribir para no fregar muchos platos, un lugar donde hacer reír como propósito, un sitio escondido lleno de magia para sus textos y sus interpretaciones llenas de soledad y rebosantes de personajes que pululan por las esquinas del escenario. Una foto, la última, tras la parsimoniosa e hipnótica voz del artista, una foto con el cúbito y el radio como trípode natural, una foto de uno que fue cómico a otro que lo sigue siendo. La luz descubre que no está solo con la carmelita, la luz, como aquella que sentía en el corazón Teresa, irradia un público con lágrimas en los ojos y agujetas en el abdomen, espectadores emocionados que acompañan en un aplauso místico la verdadera esencia del teatro.
¿Es Teresa o el sol por dentro la continuidad de La luz oscura de la fe?
La obra de San Juan de la Cruz vino cuando yo ya estaba trabajando el espectáculo sobre Teresa. Entonces fue como una ampliación del tema de investigación, porque la conexión entre los dos místicos, como se sabe es muy fuerte y los dos intervienen en la misma etapa histórica en la orden del Carmelo. Esta obra vino porque me propusieron en Úbeda, que fue donde murió San Juan de la Cruz, realizar una obra sobre él para conmemorar el aniversario de su muerte. Y ya que estaba con lo de Santa Teresa, amplié el tema y me metí en la vida del Santo. Las dos las tengo en repertorio.
Teresa o el Sol por dentro, ¿De dónde sale este título?
La frase es de un buen biógrafo de la Santa, pero no es exactamente así, un invierno concreto en la vida de Teresa, relata el biógrafo, que le nació un sol por dentro. Me gusto la frase y la utilice para mi obra y le hice un homenaje que es la forma elegante de plagiar a alguien….[Ríe]…además sin que se mosqué.
Obra sobre una mística, sobre una mujer impregnada de meditación, quizá, y me refiero a la meditación, un apartado espiritual muy importante en tu propia vida…
…Evidentemente , tiene una importancia decisiva el hecho de que la meditación tal y como yo la conozco a través de las técnicas que vienen del oriente, de la India, del yoga, la tradición yóguica de la india milenaria y la oración contemplativa de la mística carmelita realmente tienen mucho que ver. Son dos caminos muy similares que persiguen el mismo objetivo: la comunión con la divinidad a través del silencio de la mente. Utilizando la supramente o la mente cósmica como diría un yogui o con Dios que te diría una mística carmelita del siglo XVI o incluso de este siglo.
Es posible que el lenguaje en estos países donde la meditación forma fundamental de la vida diaria esté más desprovisto de ese dogmatismo moral…
Sin duda, es más importante la sabiduría del místico, que la moral…se llega a la moral porque se es sabio no se llega a la sabiduría por la moralidad. En este aspecto la moralidad deja al hombre en un estado intermedio, que hace el bien y evita el mal, pero en algunos momentos, cuando se cabrea y le gusta hacer el mal, y quiere desquitarse se pregunta ¿Por qué cojones tengo que ser tan gilipollas? Ya la sabiduría no está ahí para darle una respuesta. Se queda estreñido y viene el cura y le dice que si no es así, de otra manera irá al infierno…!Pues seguiré siendo gilipollas para no ir al infierno!…[Ríe]… Conflicto interno que demuestran un lenguaje más higiénico en la sabiduría y la espiritualidad.
Comentas que para ti la risa debe ser un propósito… ¿Misticismo y humor están reñidos?
[Ríe]…qué sería yo sin el humor…y un santo triste es un triste santo…esto lo dijo uno de los más grandes maestros yogui de la India, Paramahansa Yogananda…sin duda la mejor manera de demostrar que ambos aspectos, humor y meditación, se dan la mano. El sol que lleva Santa Teresa en la obra por dentro es en el lenguaje sanscrito; el anahata chakra, el chakra del corazón que es un sol, un corazón no herido, corazón que no teme a amar sin condiciones y corazón invulnerable …el sol que lleva Santa Teresa por dentro es el corazón que no tiene miedo amar.
“El sol que lleva Santa Teresa por dentro es el corazón que no tiene miedo amar”
Rafael, ¿Puede resultar algo complejo el llevar al público estos elementos tan espirituales en tu obra?
No, sencillamente porque yo trabajo para la gente y vivo de esto. Ya me cuido yo de que mis obras no sean para una minoría, porque si mi trabajo no fuera para estos mil espectadores, durante estos veinte años, y fuera para quinientos, tú no vendrías.
¿Se queja la gente de que siempre viene El Brujo a festivales como este de Alcántara? ¿Crees que no miran con buenos ojos que una persona esté durante dos horas, sola subida en el escenario sin parar de hablar y sin casi ningún decorado que deleitarse?
Para que yo esté aquí hoy tengo que ser la rehostia, otro puede venir y no necesita llenar, yo cada vez que actúo tengo que superarme porque esperan mucho de mí. Es la manera de justificar mi presencia, aunque siempre habrá gente que exija otros nombres. Yo también lo diría. Los que vienen a verme hoy están aquí porque ya vieron a un hombre solo haciendo teatro encima de un escenario otros años.
¿Qué supone Alcántara, Extremadura, actuar en esta tierra amante del teatro?
Siempre que vengo aquí a Extremadura tengo muy buena onda con el público. Cáceres, Mérida y Alcántara son un lujo. Tengo muy buena conexión con estos tres festivales, con mucho público, se convierten en noches mágicas, noches que yo vivo con deleite y con sentimiento de que es un momento único.
“Los que vienen a verme hoy están aquí porque ya vieron a un hombre solo haciendo teatro encima de un escenario otros años”
Del “juego de los insectos” a “Teresa o el sol por dentro” han pasado muchos años, Rafael ¿Con qué momento te quedas?
De todas las obras que he hecho, de la última etapa me siento muy orgulloso del Evangelio de San Juan y de Teresa o el sol por dentro, del texto, de su elaboración y resultado…y en El juego de los insectos de un texto de los hermanos Kappeck y que dirigió Luis Alonso de Santos, yo hacía un papel, un protagonista dentro de esa obra, y de ahí hasta yo poder escribir e interpretar mis propios textos ha habido mucho aprendizaje, muchas horas de teatro y mucho estudio. Si lo miras así, yo soy duro, un alumno torpe pero que le ha dedicado una enorme cantidad de horas para poder llegar a donde estoy ahora.
“Soy un alumno torpe pero que le ha dedicado una enorme cantidad de horas para poder llegar a donde estoy ahora”
¿Puede ser fruto de este esfuerzo teatral, la capacidad de evolucionar dentro de tu obra?
Es una de las características fundamentales de lo que yo entiendo por teatro: la evolución. Hay una opinión generalizada que dice que yo me repito, y es cierto, pero me repito como en la música minimalista, que se repite siempre la melodía pero con ligeras variantes. Eso es lo que yo hago con mis obras pero al mismo tiempo también yo nunca he hecho lo mismo. Si yo hubiera hecho la Taberna fantástica y el Avaro de Moliere y me hubiera conformado con llegar a ser el protagonista, quizá sólo me tocaba esperar para hacer el Rey Lear, al año siguiente Antígona, al otro con José Carlos Plaza y al otro con Mario Gas, y así otra obra y otro personaje y vas envejeciendo y los papeles de prota son para otros, sería el abuelo del protagonista, el padre de Antígona y así hasta que un día te dicen: ¡Uy! has hecho muchos papeles…no disculpa, has hecho siempre el mismo papel: el de esperar al que le llame el director…[Ríe] …
…de esta manera has construido un futuro dramatúrgico a tu medida…
Efectivamente. Cada vez que he dado un paso, el siguiente ha sido distinto.
¿Y cuál será tu siguiente paso tras Teresa?
El paso siguiente que quiero dar es escribir una obra en la que yo no haga ni de Santa Teresa, ni de San Juan, quiero hacer un texto totalmente original, sin base de personajes históricos, sin mujeres de Shakespeare, sin Homero…sino directamente un texto, ya tengo un espectáculo así que se llama Cómico, pero es solamente un show de un triste cómico que hace reír al público nada más…[Ríe]…quiero hacer lo mismo pero con un tema…
Entrevista. Willy López / Fotografía. Félix Méndez