Oliverio Toscani asegura que los fotógrafos actuales pasan demasiado tiempo hablando de técnica, que la tecnología es solo un medio. Según el fotógrafo italiano, famoso por sus trabajos para Chanel, Valentino o Benetton, la nueva generación de fotógrafos busca solo un deleite estético en la imagen, en lugar de retratar la realidad. Para este maestro de la imagen de la moda “la fotografía debe tener una función social, debe mostrar la condición humana extrema; lo demás es solo una masturbación estética”.
Bajo esa premisa, y sin darse cuenta, trabaja el fotógrafo extremeño Emilio Jiménez. Su portafolio repleto de humildad y buen gusto se acerca mucho a la aparentemente simpleza de una buena foto. Detrás existe el alma, esa que refleja Salgado, existe fuerza, la que plasma Avedon, existe elegancia, la que Peter Lindbergh captura con sus septuagenarios dedos.
Con su exposición “Anatomía natural, salvaje”, presentada en el Espacio Convento en Badajoz y ahora en el Centro Cultural “Santo Domingo” de la Fundación Caja Badajoz en Mérida, la imagen desnuda se convierte en una sombra tatuada con enorme clase. Contornos en blanco y negro con un lenguaje propio, algo, esto último, que echábamos mucho de menos. Hablamos con él de fotografía, de moda, de los gurús de este arte y de las ganas de intentar vivir de una instantánea…o al menos de intentar contar algo con pasión a través de una foto.
¿En qué momento tienes tu primer contacto con una cámara de fotografía?
Mi vicio viene por mi padre, cuando hacíamos visitas a los monumentos de la ciudad, yo le acompañaba y en algunas ocasiones me dejaba coger su Mamiya, y hacer algunas fotos…no muchas…[Ríe]…antes eran carretes y valía una pasta revelar fotos. En ese momento me entro el gusanillo. Aunque luego dejé abandonado un poco el tema fotográfico por la pintura y graffitis, en realidad hacía plantillas, un tema muy relacionado con el concepto fotográfico…[ríe]…tengo que admitir que no se me daba bien pintar.
¿Tu primera cámara?
Me acuerdo perfectamente que yo siempre quise una Nikon pero mi padre se compró una Canon…y se la cogí prestada por un largo tiempo…[Ríe]. Luego si pude comprar alguna cámara, eran muy malas pero me servían para realizar fotogramas para montar videos y demás.
…muchas veces le damos más importancia al instrumento, que siempre aporta su valor, que al verdadero sentido artístico, técnico y visceral que tiene el ojo humano, el señor@ que está detrás de la cámara…
…Indudablemente, yo antes me obsesionaba bastante y creía que era muy importante tener la mejor cámara pero con el tiempo me he dado cuenta que con un mínimo de calidad se pueden hacer cosas espectaculares…el ejemplo está en que con la cámara de un móvil puedes hacer cosas brutales.
Para que la magia de la fotografía cobre vida se necesita luz…
…la luz es todo, es la esencia de la fotografía, aunque volviendo al tema anterior, al igual que con el equipo técnico te obsesionas con la luz sucede igual. Estudiando a otros fotógrafos te preguntas cómo hacen algunas cosas, te piensas que han utilizado diez mil focos y demás y luego ves que no es así. Haciendo el master en Madrid de fotografía de moda, por ejemplo, Miguel Reveriego, un fotógrafo extremeño con un currículum profesional bestial, ha trabajado con tops de la talla de Laetita Casta o Karolina Kurkova,y ha realizado campañas para Lâncome, Wonderbra o Theory y ha currado para las editoriales de moda más prestigiosas de todo el planeta, nos enseñó a hacer fotos con un simple flash. La luz natural es la que sí tenemos que aprovechar.
Emilio, ¿Por qué te decantas por especializarte en la fotografía de moda?
Me gusta mucho el retrato, el perfil de las personas, me gusta, intento extraer aquello que desprenden las personas y no puede ser visto de primeras. Quizás por ahí viene mi gusto por este tipo de fotografía, aunque no me siento un fotógrafo que se dedique sólo a la moda. Para empezar no soy muy seguidor de las modas de vestuario y ropa, complementos y demás. Es más, todos los grandes fotógrafos que se dedican a la moda pasan de la moda…[Ríe]…es curioso porque por mi forma de ver las cosas creo que choco bastante con el mundo de la moda.
“Mi padre se compró una Canon…y se la cogí prestada por un largo tiempo”
…Quizá te guste porque existe arte fotográfico en la moda, o porque se puede arriesgar con ciertas editoriales, recuerda el Vogue Italia con el reportaje de Meisel sobre modelos en un centro de rehabilitación, artículos y elementos relacionados con la moda…
Está claro, dentro de este sector hay marcas que mantienen un estilo arriesgado y plasman con fotografías verdaderas historias que trascienden de lo meramente comercial…pero bueno, al fin y al cabo estás vendiendo un producto…y te debes a esa marca que es la que te paga. Sólo unos pocos como, Steven Meisel, Mario Testino, Steven Klein o el padre y crack de la fotografía de moda Richard Avedon, hacen lo que quieren.
Dejamos de un lado a las chicas con su ropa de marca y nos encontramos con cuerpos en su estado natural, una anatomía salvaje…
[Ríe]…es una idea que lleva en mi mente desde hace mucho tiempo, pero casualmente viendo el documental sobre el trabajo de Sebastião Salgado, La sal de la tierra, el fotógrafo decía en una parte de la película que se encontraba enfermo por dentro. Posteriormente en su obra fotográfica “Génesis” declaró que era su primer reportaje sobre la naturaleza y que se sintió parte de ella, como una piedra, un árbol o el mar. Esa idea de plasmar lo más cotidiano de la naturaleza con nuestro cuerpo me pareció simple y a la vez muy atractiva. De ahí surge la idea de realizar mi exposición “Anatomía natural, salvaje”.
¿Cómo has elaborado el proceso de producción de esta expo?
Tengo la inmensa fortuna de tener amigas que se prestan para realizar las sesiones, me facilitaron mucho el trabajo. Después me gustó la idea de introducir las sombras que producía la pluma de un pavo real sobre la piel de los cuerpos desnudos. La serie surge de improvisar con todo esto.
¿Y qué distancia mantienes con los modelos para poder realizar tu trabajo?
Casi siempre trabajo con chicas, creo que el cuerpo femenino es mucho más atractivo que el masculino, y con ellas mantengo una relación muy cercana porque casi todas son amigas, en ese margen de confianza trabajo. Al principio puede existir algún momento tenso pero se pasa rápido. Sinceramente me lo ponen muy fácil.
“La idea de plasmar lo más cotidiano de la naturaleza con nuestro cuerpo me pareció simple y a la vez muy atractiva”
¿Cuáles son tus referencias a la hora de trabajar con la cámara?
Me gustan mucho los desnudos que hacen los fotógrafos de moda, Helmut Newton. Estuve en el museo suyo de Berlín y me pareció sublime. Tiene un material que no está publicado que es una maravilla, fotos polaroids increíbles o desnudos de una calidad suprema. También tengo predilección por el trabajo de Peter Lindbergh, todo en un blanco y negro espectacular.
Aparte de los tops, existen fotógrafos anónimos que hacen verdaderas obras maestras…
En Flickr he descubierto fotógrafos descomunales, que sin ser conocidos tiene un trabajo brutal en todos los formatos y estilos.
Comentas mucho tu predilección por el blanco y negro…
Me siento muy cómodo con el blanco y negro, con el color me pierdo, me vuelvo un poco loco. Lo manejo, pero con el blanco y negro y sus sombras se transmite mucho más.
También tu última exposición está cargada de “imperfecciones”, o mejor dicho, de naturalidad en la edición…
Me gusta retratar aquello que veo, no quiero borrar algo que aparece de manera natural. En moda existe una verdadera obsesión con el retoque. Me llega a cabrear tanta edición con la fotografía, entiendo que tiene que trabajarse la postproducción pero no quiero engañar al espectador.
Antes de una cámara fotográfica, me apuesto lo que sea, a que el primer contacto con la imagen ha sido una película.
[Rié]…evidentemente, además luego me obsesioné con capturar las películas por frames, sólo veía una imagen estática…pero es cierto que directores como Bertolucci me han marcado como fotógrafo. Me gusta el cine clásico, una cosa que me inculcó también mi padre.
Entrevista. Willy López | Fotografía. Félix Méndez
[…] “Mi vicio viene por mi padre, cuando hacíamos visitas a los monumentos de la ciudad, yo le acompañaba y en algunas ocasiones me dejaba coger su Mamiya, y hacer algunas fotos, no muchas. En ese momento me entro el gusanillo. Aunque luego dejé abandonado un poco el tema fotográfico por la pintura y graffitis”, declaró en una entrevista a CulturaBadajoz. […]