Dice el compositor español Fernando Velázquez que si las bicicletas de Elliot y sus amigos vuelan, es gracias a la música de John…Si los besos censurados del Paradiso son eternos, es gracias a la música de Ennio…Y si creemos en las que el cine nos ha contado desde que existe, es, en parte esencial, gracias a la alquimia misteriosa que la música genera al juntarse con las imágenes. Magos que mueven los hilos de nuestro corazón, John Williams y Ennio Morricone, recientes Premio Princesa Asturias de las Artes, llegan como cineastas a lo más profundo de nuestras emociones personales y colectivas.
Fernando Velázquez es un compositor, director de orquesta y violonchelista español. Ha compuesto un gran número de bandas sonoras para cine y televisión. Ha trabajado para grandes directores españoles e internacionales como J. A. Bayona, Patricia Ferreira, Mateo Gil, Emilio Martínez Lázaro, Guillermo del Toro, Nacho Vigalondo o Win Wenders.
Dentro de su carrera ha sido muy significativa su relación con J. A. Bayona para el que realizó El orfanato y Lo Imposible , ambas nominadas al Goya por la Mejor Música Original, logrando finalmente este galardón en 2017 por Un monstruo viene a verme. En el extranjero ha firmado Savage Grace, BabyCall, Mama, La cumbre escarlata de Guillermo del Toro, también conocida en España con su título original Crimson Peak. Ha dirigido, entre otras, a las Orquestas Sinfónicas de Bilbao, Euskadi, Extremadura, Galicia, Comunidad de Madrid, Málaga, Navarra, Principado de Asturias, RTVE, Sevilla, Radio de Budapest, Phillarmonia de Londres, London Metropolitan y Orquesta Nacional Checa. Durante los últimos años ha grabado la gran mayoría de sus producciones con orquestas públicas españolas, cuestión en la que pone un empeño personal.
Para Velázquez, Williams y Morricone son los contadores de historias de nuestra cultura…nada puede igualar todo lo que nos han dado el oboe de La misión o el violín de La lista de Schlinder. Tenemos la fortuna de contar con otro narrador de historias, un español que colabora y visita nuestra tierra para grabar bandas sonoras con la Orquesta de Extremadura…con la txalaparta de Ocho apellidos vascos o con el piano de un Monstruo viene a verme.
¿Malos tiempos para la lírica, Fernando?
Aquí y en todos los lados las orquestas lo han pasado mal y lo van a seguir pasando mal. No lo van a seguir pasando mal por ser la orquesta de Extremadura ni por ser la orquesta sinfónica de Euskadi, es decir las orquestas son una cosa cara y que hay que hacerlo muy bien para justificar el gasto que supone, esto es así, es muy duro lo que estoy diciendo pero es la realidad, el coste que supone una buena orquesta en cualquier sitio del mundo tiene que generar un producto que merezca la pena. Comercialmente es complicado, justificar todo comercialmente, como tantas otras cosas, no tiene sentido para la ingente labor de una orquesta que genera cultura. A mí me gusta mucho el proyecto de esta orquesta, grandes profesionales y gran capacidad para adaptarse y reinventar nuevas fórmulas de acceso a la música, son ágiles, resolutivos y bastante entusiastas en todo lo que hacen.
Se lleva trabajando muy bien en la Orquesta estos años y se nota…
…eso es vital, que sesenta artistas te ofrezcan un concierto y que hagan un concierto bien hecho es un privilegio que no está al alcance de todo el mundo y eso lo tenemos en occidente, en Extremadura sin ir más lejos.
…En ese sentido uno de los lemas de la OEX es La orquesta de todos. De esta manera han conseguido impedir el encorsetamiento que tiene la música sinfónica, evitar la pátina que tiene la música clásica, no lo han quitado, la han acercado al resto de público que no es un seguidor fiel.
Es lo que tienen que hacer, no esta orquesta, sino todas y te aseguro que la veo en relación a muchas orquestas españolas un poco aventajada con eso. Otra ventaja enorme es que la gente es muy joven, en la plantilla creo que hay muchos músicos con menos de 50 años, cuando en la mayor parte de las orquestas es al revés. Ese giro lo tienen que hacer todas las orquestas para asegurarse la cantera.
Hablas de justificar un producto muchas veces intangible, tú que te dedicas también al cine cómo justificas el presupuesto de una película económicamente hablando.
No, el cine es un negociaco como dicen los de Jaén, el cine es un negocio increíble otra cosa es el cine más independiente aunque el cine ahora independiente se puede hacer mucho más barato que antes, rodar lo puedes rodar con un móvil y puedes hacer una peli cojonuda. Hay orquestas que aguantan como negocio también, es decir, no todo es que tenga que ser subvencionado 100% . Ahora hay una orquesta que hace música de cine que es un negocio, la Film Symphony Orchestra, pero es un negocio que durará lo que dure o sea que tampoco dan una estabilidad a los que tocan ahí. Es un bolo que hacen y bueno quien lo monta se lleva el dinero, algo totalmente legítimo, me parece bien, pero una orquesta que tenga una programación de largo recorrido y un proyecto artístico brillante necesita apoyo pero a la vez por otro lado necesita devolver lo que cuesta y que la gente flipe.
¿Cuál sería la ecuación más correcta para impactar con excelencia sin perder un ápice de calidad y sin excesos presupuestarios?
De la ecuación ¿Sabes lo qué se le ha olvidado a la gente? Algo que yo veo y lo he vivido, la base no es el marketing, ni la programación, ni hacer conciertos para niños, atraer nuevos públicos, vamos a hacer una de teatro y que venga un narrador y caras conocidas ¿Qué es lo más importante? Que es muy divertido. Parece de cajón, pero a la gente se le olvida y a los gerentes, muy fácil hacer algo que merezca la pena, o sea tocar muy bien y algo que merezca la pena ser escuchado. Lo que pasa que lo de merezca la pena y ser escuchado es peligroso porque durante mucho tiempo se ha insultado al público y se sigue haciendo, obligándole a escuchar cosas que no quieren escuchar y diciéndole que no le gustaba porque es idiota y eso no le gusta a nadie, a mí por lo menos, no.
Yo cada día distingo menos en estilos, lo que está bien me gusta y lo que está mal o no me gusta pues no me gusta pero independientemente de quién lo esté tocando, de quién lo haya escrito y de dónde se esté interpretando. Es lo que me da de comer, porque internet no me da de comer en cambio el cine sí…porque Spotify… ¿Tú has visto el cálculo que hace falta para que una banda de rock viva de Spotify? Solo se necesitan 50 millones de reproducciones mensuales, cosa que no ocurre, yo en una pieza tengo un millón y me siento muy honrado.
Has comentado el tema de la edad en la música, la importancia de tener músicos jóvenes en los proyectos de orquestales, tú también eres joven o eso aparentas, es decir, no sabemos si es mucho o poco para el mundo de la música sinfónica llegar donde estás ahora, como compositor de bandas sonoras de renombre.
Tengo 42 años…[ríe] aún somos jóvenes. Yo no sé si es mucho o poco, pero a lo tonto he hecho más de cuarenta pelis, es más de la media digamos. Lo que pasa es que tampoco me he dado cuenta porque he tenido la suerte de ir coincidiendo con gente cojonuda del mundo del cine. Pero en ningún momento he pensado en hacer tantas películas al año, de hecho si lo pienso llevo como catorce años, salgo como a siete pelis por año.
¿Qué es lo más importante? Que es muy divertido. Parece de cajón, pero a la gente se le olvida y a los gerentes, muy fácil hacer algo que merezca la pena, o sea tocar muy bien y algo que merezca la pena ser escuchado
¿Pensaste alguna vez que ibas a poner música a las películas?
Es curioso porque es como que si miro para atrás nunca había dudado que fuera a llegar es muy raro esto, además nunca había pensado ¿Cómo voy a hacer para? Ya en el cole hacía ya música para la obra de teatro, además me acuerdo perfectamente de que cogía una grabadora, ahora esto se lo pones a un chaval y no sabe lo que es, un grabador de estos de Play y Rec y entonces grababa. Cogía la guitarra y grababa cosas raras con la guitarra o grababa cosas muy musicales o de repente grababa cosas muy raras como ruidos. Luego por ejemplo, sabes que los vascos somos religiosos y nos gusta cantar, entonces durante mucho tiempo he tocado el órgano de la iglesia y eso es acojonante, una iglesia donde la gente canta es una maravilla estar acompañando a parte que las ceremonias religiosas tienen algo de película, algo de no sé como explicarlo, algo de que vas creando algo escénico en el que hay una introducción y luego hay un momento álgido…no sé en qué momento empecé a hacerlo o en qué momento, sí que es cierto que dediqué mucho tiempo a tocar pensado en pelis.
Dices que no sabes cuándo arranca tu periplo cinematográfico pero llegas y ¡pum! te dan un Goya… un verdadero salto.
El Goya me lo han dado en la peli número 40,42 ó 43 o algo así. Más que un salto es una constatación de un salto, porque lo de los premios tiene mucho de circunstancial, las nominaciones quizás no pero que te den un premio en los que hay muchos nominados siempre algo de lotería. Yo recuerdo el año que estuve nominado por Lo imposible de Bayona, ganó Blancanieves de PabloBerger, que tenía muchas cartas para ganar porque una película que es muda con música en directo es una maravilla.
¿Cómo valoras un musical contra una partitura más al uso?
Pues es normal que gane el musical o que gane la película muda y no tiene nada de malo que pierdas con una banda sonora al uso, tengo la suerte de haber tenido el reconocimiento que creo que es más satisfactorio si cabe, que es el haber hecho películas que ha visto muchísima gente, Ocho apellidos vascos, Lo Imposible, El Orfanato. Las han visto realmente millones y millones de personas, eso es un premio en sí.
¿Cómo preparas las bandas sonoras de las películas?
Lo bonito es que cada peli es un mundo, que no tiene nada que ver, se parecen en que son una película y hay que ponerles música y ¿Cómo se llega al resultado final? Bayona que es muy melómano, es uno de esos frikis, muy friki del cine y muy friki de la música de cine, entonces tiene muchas ideas claras y le gusta jugar mucho pero es muy intenso y muy ¿Cómo se podría decir? Que busca y hasta que no está tranquilo no para. Entonces es un trabajo entre los dos de mucho tiempo y de mucha confianza que eso es algo muy difícil de encontrar. Que él confíe en mí para buscar la voz o la música, el sonido, el alma en su película.
En Lisboa Story de Wim Wenders, un técnico de sonido cinematográfico viene de Berlín a Lisboa pasando por Badajoz para registrar sonidos de su próxima película. Un recorrido a través de sonidos de la radio, de voces de fados, de niños jugando en Alfama…y ahora tú le has puesto sonidos al trabajo de Wenders ¿Qué supone trabajar con él?
Mi experiencia con Wim Wenders ha sido de libertad y claro de lo malo y lo bueno que tiene la libertad ¿Y qué hago para acertar? Lo bonito es que hice un par de pruebas y una le gustó mucho y ya encontré el hilo del que tirar de alguna manera. Normalmente te dan la película entera, piensa que el cine ya no es como antes, antes había que positivar, se positivaba lo que se decidía que se positivaba, ahora se positiva todo lo cual es una tortura para los montadores porque tienen material de cientos de horas. Desde ahí empiezan a montar prácticamente en el primer día que ruedan, van montando lo que van rodando de manera que el primer montaje que te lo dan en muy pronto. Lo malo de eso también es que los montajes no paran de cambiar, es una pesadilla hasta el día que deciden el metraje final. De esta manera también se está perdiendo el encanto de pelis como Lawrence de Arabia por decir una peli de gran producción, donde las líneas estaban más claras.
¿Bayona lo tiene claro?
Lo tiene, lo que pasa que es muy difícil que luego no haya un montón de factores que empiecen a volverles locos, no hablo en concreto ni de Un monstruo viene a verme ni de otra peli pero a mí sí que me ha pasado en películas que no voy a mencionar, que una vez hecha la película la han puesto para un público y han hecho encuestas para ver si les gusta un instrumento u otro. Y entonces de repente después de haber hecho la peli y estar acabada vienen y dicen -No, el segmento de mujeres de veinte a treinta a dicho que les falta algo de emoción, vamos a volvernos locos para meter emoción. Pero colega si es que la peli es de Transformers o sea no hay… -No pero es que queremos que el grupo de mujeres de veinte a treinta porque nos han dicho que son ellas las que son ellas las que llevan al novio al cine así que hay que hacer más emoción. [Ríe]
Por un lado está muy bien la flexibilidad pero evidentemente es algo que también nos pasa como cultura no tener tantas opciones al final las acaba anulando más que potenciarlas. Cuando tienes tres opciones las valoras mucho más, cuando tienes tres mil te da todo lo mismo. Pasaba con los discos, antes tenías un LP y “wow” y era una cosa preciosa. Ahora está en Spotify bueno ni lo tienes, lo disfrutas pero no lo tienes y bueno eso es un cambio. Pasará en todos los gremios, en todos lados, en el periodismo seguramente también, todavía hay que imprimir los periódicos o sea que todavía hay un cierre, los periódicos molan y seguirán molando.
Mi experiencia con Wim Wenders ha sido de libertad y claro de lo malo y lo bueno que tiene la libertad ¿Y qué hago para acertar? Lo bonito es que hice un par de pruebas y una le gustó mucho y ya encontré el hilo del que tirar de alguna manera
Al leer el libro de Walter Murch, el arte del montaje, empecé a conocer ciertas cosas que no había valorado en el cine como son los silencios, esos detalles, esas cosas que yo creo que vosotros como compositores apreciáis enormemente y que poco a poco creo que vamos valorando gracias a vuestro trabajo.
No, tú lo vives cuando es una película, otra cosa es que seas consciente o no, pasa lo mismo con la música, la música está llena de técnica y de historias que sabemos los que hacemos la música pero tú como espectador no tienes por qué saberlas para disfrutarlas sino haríamos películas para entendidos, que hay quien las hace desde luego, pero a mí me gusta la música me gusta la pintura también lo que sea que no necesita una explicación. También me gusta cuando necesitas una explicación, es bonito, pero la vocación de una peli es que la vea cualquiera y la entienda, no que esté llena de claves para iniciados. Es cierto que hay un montón de cuestiones de montaje y de música y de sonido y de guion y de actuación y de ochocientas mil historias que si conoces aprecias mucho más el cine pero lo bello es apreciar el cine por la globalidad de todo. Por ejemplo, recuerdo que en el Bosque de sombras de Koldo Serra, en una conversación entre Gary Oldman y Aitana Sánchez-Gijón, alguien está mintiendo, entonces cuando miente no se le ve nunca, cuando miente se ve a la persona que está hablando pero no se ve y ahí hay una inquietud que yo y tú percibimos es decir, la peli, el montaje nos está diciendo está mintiendo y lo sabes pero tú no sabes como te está llegando esa información. Te lo explican a su manera el montador Javi Ruiz Caldera o Koldo.
¿Y tú lo haces? ¿Esas claves están en tus películas?
Ese es mi trabajo, mi trabajo es contar la historia, historia si es que es una historia. Se trata de transmitir la idea que hemos decidido transmitir, entonces ahí hay una profesión y sobre todo hay una tradición occidental de escuchar, de como escuchamos y entendemos lo que vemos y lo que oímos. Cómo entendemos el tiempo y como conectamos las piezas, entonces eso lo tienes que conocer para usarlo para transmitir, para que el que te ha pagado, para que le sacudas durante diez minutos o un par de horas, para que funcione y en eso soy muy fan de la técnica y de esas cosas que cuentas.
La música está llena de técnica y de historias que sabemos los que hacemos la música pero tú como espectador no tienes por qué saberlas para disfrutarlas sino haríamos películas para entendidos
¿Con qué película te quedas o lo has pasado mejor?
Quizá con Bayona, no sabría decirte. Hombre por ejemplo El mal ajeno de Oskar Santos, que es una película de la que me siento muy orgulloso de la banda sonora, es una gran película. En ese sentido le tengo mucho cariño luego Garbo, el espía (El hombre que salvó el mundo), un documental donde está muy mimada la banda sonora, con mucho cuidadito, una cosa muy pequeña pero muy bien ejecutada. Ocho apellidos vascos tiene a parte el pelotazo que supuso tiene para mí como vasco. Tiene muchas cosas muy divertidas y luego tiene una cosa maravillosa, que era una película que habían hecho y me dijeron -Oye puedes hacer la música en tres semanitas y tal. Y nadie absolutamente nadie pensaba que la película fuera a tener el éxito que tuvo y eso es muy bonito porque sale sin esa pretensión y a todos nos gusta el que gana sin querer.
Colegas tuyos como Roque Baños, Alberto Iglesias ¿Cómo os lleváis? ¿Existe en España un buen germen?
No, un buen germen no, lo que hay es una muy buena realidad y además esto te lo dirá cualquiera que sepa de bandas sonoras. De hecho no me tocaría a mí decirlo porque soy español pero me consta que desde fuera se habla mucho del nivel de los compositores españoles como si fuera el más alto. Tenemos voz propia, sin ir más lejos la de Alberto o la de Pascal Laugier, Pascal es francés pero es como si fuera español vive en San Sebastián y luego además hay muchos compositores no tan conocidos que son ahora Zacarías de la Riva. La obsesión que parece que tenemos culturalmente con ser americanos, yo a parte de no entenderla muy bien, y te repito, te lo está diciendo un tío que hace pelis americanas y las hago encantado, pero creo que no debemos olvidarnos de quienes somos. También pasa con el cine vasco por ejemplo, en Euskadi hay muy poca producción y yo siempre que puedo hago cosas allí, aunque haya que hacerlas con menos presupuesto…todavía menos presupuesto si cabe…es muy divertido porque lo que le pasa a la cultura en euskera también le pasa a la cultura en español. España que aunque no lo parezca somos un poco minoritarios aunque hay 600 millones de hablantes en español, hay cuarenta y pico millones de personas que consumen películas españolas porque fuera de España rara vez se consumen películas españolas como Un monstruo viene a verme o Lo imposible están en inglés pero es que si no las haces en inglés es imposible hacerlas. Entonces hay un dilema gordo que creo que es bonito defender, lo mismo que los franceses defienden el cine francés o los indios su cine.
De hecho no me tocaría a mí decirlo porque soy español pero me consta que desde fuera se habla mucho del nivel de los compositores españoles como si fuera el más alto
De los grandes ¿Cuál es tu referencia en este sentido? Williams Vs Morricone
Williams y Morricone son Williams y Morricone, pero es muy divertido porque si yo tuviera que salvar la primera que salvaría seguramente sería La misión de Morricone, la segunda sería Cinema Paradiso también de Ennio Morricone, pero luego hasta el número veinte yo creo que todas serian de John Williams, eso sí, las dos primeras del italiano. Es muy curioso porque las de Williams son increíbles encima tiene una cosa muy buena Williams y Morricone también, pero que es que no son tradicionales pero apelan a una tradición, que yo creo que es muy interesante, que es la tradición occidental de la música occidental que se lleva haciendo desde la Edad Media. Empieza con Monteverdi ,la ópera, la escena, como se cuentan los sentimientos, como se traducen, como se juega a varios niveles de una historia y la música que lo puede reforzar, puede contrastarlo o lo puede poner en contra…todo eso es una tradición que a mí me gusta mucho, sobre todo porque la entendemos muy bien. Eso está en Mahler, eso está en Beethoven, eso está en Strauss, eso está en Falla. Ellos no estaban componiendo música, pensando tanto en la referencia, estaban siendo ellos mismos y eso creo que es lo que hay que hacer cuando se hace una peli, cuando pintas un cuadro.
Ponemos “The End” a la entrevista con la última pregunta Fernando ¿A qué película clásica te hubiese gustado ponerle música?
Las películas que me gustan casi siempre tienen una buena banda sonora con lo cual me gustan como están y no creo que yo las hubiera mejorado. También es cierto que una buena película ayuda mucho a hacer una buena banda. Yo tengo un ejemplo que no voy a citar de una peli cuya banda creo que no es ninguna obra maestra y tuvo toda la suerte porque la película es muy buena y la banda sonora es… bien, vale, sí…pero que si la llega a coger Williams estamos todavía cantándola.
Entrevista. Willy López | Fotografía. Félix Méndez