Written by: Cara a Cara Humans of Extremadura

Juan Yruela «El arquitecto extremeño que traza el mapa de China»

La vida cambia si entras en el Panteón en Roma. Un edificio clásico puede provocar extraños sentimientos y la obra de Agripa despliega todo tipo de sensaciones mágicas. Llorar, emocionarse, volar entre el eco de la cúpula son algunos de esos inevitables estados a los sumergirse al cruzar el portón.

Para Alberto Campo Baeza el Panteón es el edificio más hermoso del mundo… Stendhal, Henry James y Cervantes escribieron textos maravillosos sobre él. El arquitecto español envía a los alumnos a Roma con una condición: que envíen una postal en la que sólo digan sí o no. Sí lloré en el Panteón, no lloré en el Panteón. Es obligatorio llorar, comenta.

Cuando te fugas de tu zona de confort, cuando tu espacio protegido se convierte en un petate compuesto por currículum y poca experiencia, existen momentos donde las lágrimas asoman por el precipicio de los ojos de manera común. Llorar, y por partida doble, ha supuesto para Juan Yruela, un crecimiento exponencialmente enriquecedor. Trabajar con Campo Baeza, sollozar a su lado sin necesidad de tocar el Panteón y tomar China sin necesidad de conquistar la muralla.

Otro reconocido arquitecto, Álvaro Siza, suele decir que si se ignora al hombre, la arquitectura se convierte innecesaria. Es aquí donde la perspectiva y proyección de Yruela cobran más sentido. Visión humana y destreza profesional para levantar edificios destinados a bulliciosos espacios de vida. Crear sombras sobre las luces que dejan filtrar esas construcciones proporciona al joven arquitecto extremeño un calibre del que poder presumir sin titubeo alguno. Juan Yruela se convierte en un protagonista en continua evolución que nos hace saltar alguna lágrima, una historia potente que hace suya la frase de Rem Koolhass, si uno no cambia, no evoluciona y termina por dejar de pensar.

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Directamente Juan  ¿Por qué arquitectura?

Digamos que no fue una elección que tomé en un momento determinado de la vida y que fue la vida la que me acabó colocando en ese sendero. Mi predisposición por el diseño y la arquitectura estuvieron claras desde el día en que los Reyes Magos me trajeron un juego de Construcción con el que me enganché. A partir de ahí, buenas dotes con el dibujo, admiración por los edificios, afición por la geometría… Todo parecía cuadrar.

A partir de ahí fue la vocación de servicio y de dar sentido a la creatividad y la imaginación lo que me movieron desde pequeño.  Y al hacerme adulto, la posibilidad de ser autónomo y de tener cierta estabilidad laboral y financiera…eran los felices años 90 y principios del siglo XXI.

 

¿Qué te impactó para vivir el mundo de la arquitectura?

Desde pequeño sentí fascinación por ver cómo una hoja en blanco podía transformarse en una creación. Y esas creaciones sólo necesitaban de un trozo de grafito y un trozo de papel para pasar de ser ideas en nuestra loca cabeza a pertenecer a la historia. Porque cada dibujo que realizamos es parte de la Historio y queda para la posteridad, por simple que sea.

Y qué decir si esos dibujos van acompañados de la técnica y el conocimiento que les permite convertirse en museos, estadios de fútbol, escuelas. El impacto que esto genera en la mente de un niño es puramente proporcional a su deseo de ser arquitecto.

¿Qué autores que te han ido marcando desde ese niño casi arquitecto hasta la actualidad…?

…He de confesar que de pequeño me gustaban las filigranas arquitectónicas de Calatrava. Fue empezar a entender de qué iba el cuento cuando empecé a desprenderme de adornos y a amar la Simplicidad y la Belleza en Alberto Campo Baeza o Paulo Mendes da Rocha. A pesar de mis tendencias minimalistas, mi mente hiperactiva siempre tuvo un lugar de honor para Enric Miralles, de quien viví su cenit como arquitecto y sus últimos días cuando era estudiante.

 05. Mi estudio

¿Qué te hizo marchar de Extremadura para estudiar y aprender el oficio?

El motivo fue el simple hecho de no tener escuela de arquitectura en la región. Por aquel entonces, con la familia, los amigos y mi vida de adolescente en Badajoz, no me hubiera importado quedarme en casa.

Desde pequeño sentí fascinación por ver cómo una hoja en blanco podía transformarse en una creación. Y esas creaciones sólo necesitaban de un trozo de grafito y un trozo de papel para pasar de ser ideas en nuestra loca cabeza a pertenecer a la historia

 

Ahora queremos saber la parte cruda de vivir fuera, de ganarse la vida a tantos kilómetros de tu casa…qué resquicios de la arquitectura se plasman en tu cabeza…

…la arquitectura vernácula, el adobe y la cal. Cuando pienso en una casa, mi imaginación viaja automáticamente a Azuaga, abre la puerta de la casa de mis abuelos, cruza su zaguán, entra en el vestíbulo, sala de estar y finalmente encuentra reposo en el corral al fondo de la casa a la sombra de un limonero. Arquitectónicamente somos griegos, romanos y, sobre todo, árabes. Y como herederos de esa arquitectura nos debemos al barro, el adobe y la cal, no sólo como materiales, sino también como vínculo con la tierra que nos rodea y con la que construimos. A veces pienso que nos complicamos demasiado viendo que todo lo que necesitamos en forma de materiales está a nuestro alrededor.

…Existe morriña en tus palabras…

…Morriña, orgullo y cierta melancolía. Morriña porque mi tierra siempre será eso y porque allí están mis raíces, la vida sencilla y cómoda lejos del mundanal ruido. Orgullo por haberlo dejado todo por seguir un sueño y por llevar el nombre de Extremadura en ese sueño. Y orgullo de ver cómo me “hago mayor” y sigo creciendo profesionalmente pese al precio que tengo que pagar por ello. Melancolía por ver como los míos crecen y se hacen mayores y por ver cómo me estoy perdiendo episodios de mi familia.

¿Cuándo decides irte a estudiar a Sevilla?

Si he de ponerle fecha fue en Julio de 2003. Al acabar selectividad tuve que acelerar la decisión acerca de dónde ir. Logísticamente Sevilla siempre fue la mejor opción por contar con la Escuela de Arquitectura más cercana, aunque Madrid y su Universidad Politécnica siempre fueron una tentación.

¿Con qué proyecto te quedas de esa época?

De mi época de estudiante me quedo con las locuras que Pepe Morales y Juan González Mariscal me dejaron poner sobre el papel. Ellos fueron la pesa de la olla exprés en la que se había convertido mi cabeza llena de ideas. Pero sin duda el proyecto que me marcó como estudiante pero también a niveles personales y espirituales fue el Fin de Carrera. La idea loca de diseñar un cementerio y un centro de estudios religiosos me obligó a hacer profundas reflexiones sobre Dios, la muerte, el hombre y el espíritu. Descubrí una faceta espiritual latente que estaba por explotar.

Orgullo por haberlo dejado todo por seguir un sueño y por llevar el nombre de Extremadura en ese sueño

Y del proyecto Fin de Carrera a ponerse en serio… ¿Cuál fue tu primer paso laboral?

Mi primer contacto fue una beca concedida por la Caja de Arquitectos que me permitió trabajar durante 6 meses con el admirado maestro Alberto Campo Baeza. A eso le añadí algunos meses más y la posibilidad de trabajar con quien puso la cimentación de lo que soy hoy.

¿Cuándo sales de nuestras fronteras para trabajar como arquitecto?

Abandoné España en Abril de 2013 en principio para tomarme un año de reflexión alejado de la arquitectura. Ese año lo pasé en Escocia, donde no pude evitar entrar en contacto con ciertos ambientes profesionales de la arquitectura. Pero realmente, o fue hasta mayo de 2014 cuando retomé la profesión al 100%, esta vez ya en China.

04. Mis compañeros de trabajo

¿Cuáles fueron las primeras sensaciones al salir?

Por un lado alivio de dejar de lado tanta toxicidad profesional. La profesión en España está condenada y relegada a un plano secundario y donde no sólo las instituciones, sino también los clientes menosprecian la formación, conocimientos y la preparación de los que fuera de España somos todavía considerados de los mejores Arquitectos del mundo.

Por otro lado también me ha acompañado siempre un sentimiento de deuda con mi tierra, de la necesidad de volver a hacer algo grande algún día que espero llegue pronto.

¿Tenías en mente que tu destino estaba fuera de la región?

La idea de salir era una tentación que había rondado mi cabeza por muchos años. Sabía que iba a ser fuera, pero nunca supe ni tuve preferencias por un lugar concreto.

 

Y ese lugar concreto tenía un nombre: China. ¿Qué te llevó a este parte del mundo?

Es una pregunta que me sigo haciendo a veces. Fue básicamente la vida y la cadena de casualidades y causalidades que quisieron que estuviera aquí. La casualidad quiso que encontrase un buen amigo chino viajando por una zona remota de Canadá en 2013 y que ese amigo fuese el vínculo que me conectase con China unos meses después. Todo fue tan rápido que no me dio tiempo a preguntarme si quería o no trabajar en China, hasta tal punto que firmé un contrato para trabajar en Guangzhou sin saber absolutamente nada de la ciudad, hasta que más tarde descubrí que se trataba de Cantón.

Háblanos de la rutina, de tu forma de desarrollar tu trabajo en un país, desconocido en lo profesional, como China…  

…La rutina cambia mucho dependiendo del tipo de trabajo, pero en general el ritmo y la exigencia son altos. Quizás a lo que más le cuesta acostumbrarse a uno es al hecho de que el cliente chino no tiene fines de semana ni horarios. Puedes recibir una llamada el sábado mientras estás en el cine o mientras duermes a las 3 de la mañana.

Ahora que tengo mi propio estudio en Shanghái todo es más tranquilo aunque no evito los clientes problemáticos. Tengo la suerte de vivir cerca del estudio, al que voy en mi querida bicicleta a la que bauticé como Bellota. Por lo demás, la vida en general es bastante sencilla cuando uno se adapta a vivir rodeado de más de 30 millones de personas. Por lo general, la rutina se suele romper entre viaje y viaje de trabajo, para lo que irremediablemente hay que estar subido a un avión con gran frecuencia, dado el tamaño del país.

La profesión en España está condenada y relegada a un plano secundario y somos todavía considerados de los mejores arquitectos del mundo

 01. Guangzhou

¿Qué significa ahora China para ti?

Si bien los primeros meses fui una víctima más de los estereotipos, me llevó poco tiempo enamorarme ese país en muchos de sus aspectos. Al margen de ropa falsa, osos panda y rollitos de primavera, este país tiene oferta gastronómica más variada del planeta, además de un pozo inagotable de cultura. Durante estos años he tenido la suerte de profundizar en el idioma y en aspectos culturales y tradicionales como el Taoísmo, Taichi o el Qigong. Tuve la suerte de aprender estas artes de mano de maestros locales que me han hecho sentir en mis carnes la riqueza de esta cultura.

 

Hablas de que somos un país referencia en el mundo arquitectónico pero ¿Qué visión se tiene de la arquitectura fuera de nuestras fronteras?

En general hay varias lecturas, aunque tristemente puede que la que hay en España sea la más negativa. En nuestro país la arquitectura se ha convertido en un mero servicio administrativo necesario para la construcción de un edificio. En el resto de Europa occidental, todavía se sigue considerando la Arquitectura como un Arte y como tal, al arquitecto un artista ilustrado en el campo de las Humanidades. En el Reino Unido la visión es más prácticas y, pese a que el arquitecto pierde este lado más artístico, se le considera un eslabón bastante más imprescindible y valorado que en España.

En China, el arquitecto es ese loco capaz de hacer realidad los sueños del cliente. En ese sentido, el arquitecto no sólo debe ser capaz de diseñar y dibujar, sino también de hacer planes de negocio, ayudar en la explotación de los nuevos espacios y convertirse en un verdadero experto en marketing empresarial.

Estilo de vida que echas de menos de Extremadura en tierras asiáticas

Lo que más echo de menos es el ritmo de vida pausado y el valor de esos momentos en los que uno disfruta de una cerveza con un amigo en la Plaza de España los viernes al mediodía. Son esos momentos en los que la vida tiene preferencia sobre cualquier otra cosa.

59. GZ Lluvia (1)

Cosas que te gustaría ver algún día en Extremadura

Me gustaría ver en Extremadura el carácter emprendedor arriesgado de los chinos. Cualquier chino tiene en su mente crear una empresa, ya sea de venta de cordones de zapatos o una fábrica de televisores. Me gustaría ver una tierra donde la gente sigue moviéndose por la ilusión por aprender y prosperar, por generar algo nuevo y por divertirse mientras trabaja.

¿Qué referencia de otros autores podemos ver en tu obra?

Aparte de Campo Baeza y Miralles, salvando las distancias y con la humildad de quien admira a los grandes, uno siempre encuentra inspiración en Mies Van der Rohe y Le Corbusier como referencias históricas o en Siza, Aires Mateus , Zumthor, Toyo Ito, Moneo.En China a uno le llegan con más facilidad las referencias cercanas, como Seung, H-Sang (Corea), Vo Trong Nguia (Vietnam) o Ibuku (Indonesia).

02. Mis compañeros de trabajo

…y cuál es el estado de salud de la arquitectura

Utilizando la metáfora, diría que en España la arquitectura es un paciente moribundo abandonado a su suerte, a pesar de tener curación y de ser imprescindible. En Europa occidental la arquitectura sería una persona madura y respetada, con sus achaques de la edad, pero con buen estado de salud general. En lugares como China la Arquitectura es un joven adolescente capaz de todo y al que se le deja hacer de todo con el único límite de comerse el mundo.

En China, el arquitecto es ese loco capaz de hacer realidad los sueños del cliente. En ese sentido, el arquitecto no sólo debe ser capaz de diseñar y dibujar, sino también de hacer planes de negocio, ayudar en la explotación de los nuevos espacios y convertirse en un verdadero experto en marketing empresarial

Pero en país como China  se adolece de calidad de vida, o al menos eso se aprecia desde la distancia…

En lo relativo a calidad de vida nadie va a discutir lo que significa vivir en Extremadura. Otra cosa es lo interpretemos que es calidad de vida. En mi opinión debe haber un equilibrio entre lo personal y lo profesional, siempre con la posibilidad de prosperar en tu campo.

¿Qué echa de menos de Extremadura?

El sol, el color azul del cielo, el de las casas en caladas y el atardecer de los días eternos de verano. Como valores más superficiales, también echo de menos una buena cerveza y caminar por las calles de mi ciudad en un caminar lleno de paradas con cientos de batallas y experiencias que contar.

04. Qigong Class

¿Volverías a Extremadura? ¿Invertirías en lanzar un proyecto aquí?

Volvería. La idea de lanzar un proyecto está ahí, aunque este proyecto no tuviera que ver con la arquitectura.  Siempre pienso en los conocimientos adquiridos y relacionados con la cultura china. Mis conocimientos en Taichi y Qigong podrían ser un camino. También me planteo el potencial turístico de mi región y como explotarlo de una manera más imaginativa y eficiente.

 

Eres un bloguero activo…

Nunca me consideré un blogger ni mucho menos un experto en viajes. De hecho, más que un blog de viajes es un blog de experiencias en el que también quería compartir las vivencias a menudo surrealistas que me tocaba vivir día a día. La idea surgió en mi primer día en Guanzghoum en el que quise transmitir mi estado de ánimo al encontrarme tan lejos de casa. Poco a poco empecé a escribir mis vivencias en China escritas en el mismo modo en que se las contaría a mis padres.  A esto fui añadiendo las escapadas de viajes que hago a menudo, además de algunas reflexiones personales relativas a aspectos culturales o sociales.

Entrevista. Willy López

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