Sergio Corbucci rueda Django, una versión muy parecida a la obra del otro Sergio, Leone. El director romano rueda en ese mismo año su última película de la Trilogía del dólar, El Bueno el Feo y el Malo. Eli Wallach, el feo, Lee Van Cleef, el malo y Clint Eastwood, no tan evidente, el bueno. Los italianos ponían los directores, los españoles la geografía, los caballos y hasta el ejército y los norteamericanos, mercenarios en búsqueda de alivios cinematográficos. De estos últimos sale el actual mito, Clint Eastwood. Dejar una serie de poca monta para, destino y fortuna de la vida, caer en un poblado en Almería, con un poncho y un puro de Beverly Hills para componer la verdadera salsa de la clásica receta de los spaguetti westerns; catenaccio fílmico alla italiana. Más allá de la leyenda, de las fobias por volar, de la falta de agua caliente en el hostal, de las calenturas del director romano, de no haber pisado desde su última escena, allá por el 1966, tierra española, Eastwood. Desde que mi nombre me defiende, de Francisco Reyero, sustenta una historia bien argumentada bajo un guion elaborado muy sólido. Un libro que recorre las aventuras y desventuras de un Quijote norteamericano en pleno desierto franquista. Sin España, Clint Eastwood no existiría.
¿Por qué Clint Eastwood?
Eastwood, su figura, el personaje pero sobre todo su desarrollo profesional tan particular en España, el entorno que más o menos y periodísticamente hablando podemos controlar, mezclado con su proyección norteamericana. Es lo que a mí me interesa, no sólo el personaje, también la propia historia del personaje. No sé si estuviera capacitado para escribir sobre Eastwood de una manera concienzuda pero si rescatar, buscar, ordenar, recrear, limpiar la aventura del actor en aquellos de rodaje en España.
Hablabas del componente periodístico que tiene este libro…pero ¿Cómo podríamos definir Eastwood. Desde que mi nombre me defiende?
Es un libro de reportaje, al estilo americano, un libro de detalles y estructura narrativa lo más ligera posible, con datos y referencias pero que no te cansen al leerlos, que sirvan de orientación. En este libro podemos descubrir muchas cosas, está la base de como el cine español funcionaba en aquella época, como los italianos y españoles trabajan en el golpe de astucia y descaro pudieran hacer determinadas operaciones para poder ganarse la vida. Los “malos” españoles, los actores secundarios, los buscavidas, los técnicos…
…¡hasta le ejército!
Hasta el ejército colaboraba en aquellos rodajes. Recuerdo aquel titular de una revista que decía Spanish Army for rent, se alquila el ejército español, realmente colaboraba pero es verdad que había una misión propagandística por parte del régimen para a través del cine dulcificar la imagen de España. Eso está reflejado en el libro, no sólo el mito en construcción que viene a pelear con los demás para ganarse el asiento delantero del coche de producción. Por entonces Clint Eastwood no era ni tan si quiera un atisbo, una intuición de lo que en estos momentos puede representar ese Eastwood anciano al que venera la gente como el último gran representante del Hollywood clásico.
En este libro podemos descubrir muchas cosas, está la base de como el cine español funcionaba en aquella época, como los italianos y españoles trabajan en el golpe de astucia y descaro pudieran hacer determinadas operaciones para poder ganarse la vida
¿Has encontrado en esa negación de Eastwood de volver a España algún componente de olvido de esa parte profesional más sucia y dura?
El tema de carestía en los rodajes es cierta, pero también hay exageraciones. Gianni Garko comentaba que mientras rodaba una película fabulosa en Almería, Eastwood estaba con Leone con muy pocos recursos, teniendo que prestarles hasta el equipo de efectos especiales. Pero en los permisos de rodaje, de censura que tienen que solicitar en las películas, viene todo detallado en el Archivo General de la Administración de Alcalá de Henares. Ahí viene aquello que quieren introducir y sacar de España, no se trataba de un servicio de adunas tan laxo como el actual. Es ahí donde descubrimos que Eastwood viene de una manera totalmente casual, porque hasta marzo figura en la solicitud de permiso de rodaje, James Coburn. Descubrimos que Clint llega a España rechazado por la Universal. Por aquel entonces tenía una relación extramatrimonial con una actriz y esta estaba a punto de dar a luz cuando llegó la oferta de Leone. Él se vio obligado a aceptarla por la situación complicada en la que se encontraba. Un claro ejemplo de cómo, por accidente, uno toma decisiones que a la postre resultan ser muy acertadas.
¿Cuándo comienzas a trazar las primeras líneas este libro?
Empecé en el 2014 con esa primera toma de contacto con los personajes que a mí interesaban y después estuve en Estados Unidos, entre Los Ángeles y Nueva York, unos dos meses y medio para documentarme. Me acerque a Carmel para comprobar como vivía en aquellos años el personaje, alejado de Los Ángeles, y muy reticente y alejado de la industria hollywoodiense. De esta manera descubres la capacidad de resistencia de Clint, sus defectos, sus pasiones como actor.
Eastwood viene de una manera totalmente casual, porque hasta marzo figura en la solicitud de permiso de rodaje, James Coburn
¿Existen esos elementos mitificados del actor y director norteamericano, como el famoso poncho y demás, en tu obra?
En estas elucubraciones hay un montón de historias, son cuestiones anecdóticas que conforman el universo del cine, él mismo comenta cosas sobre ese poncho en las que se contradice. Sergio Leone cuenta otras y el un vendedor de Níjar otra. Forman parte del mito.
Tus publicaciones suelen rozar personajes de sello americano con su estancia en el país…
Es cierto, Sinatra: Nunca volveré a ese maldito país, tiene mucho de mi último trabajo sobre Eastwood. Trump, el león del circo, también. Estos tres libros tienen personajes que han construido toda su carrera sobre la imagen, cómo han sido avispados en la imagen. Trump, una figura despreciable ha sabido moverse en la sociedad que hemos edificado ahora. Y España no deja de ser un lugar muy particular para todos ellos. Y de Estados Unidos me gusta la manera con la que se ha apropiado de la manera de mirar el mundo, una mirada impuesta y me gusta ver y analizar ver esos estereotipos.