La cara B de una obra de arte aporta la secuencia del ADN del artista. Esa cadena cromosómica, ejerce de memoria, de recuerdo, de impacto visual, de puñetazo cósmico. La parafernalia anterior, es necesaria. No encontramos otra manera de narrar aquello que lleva a una artista, a un artista, a plasmar con una brocha, un pincel, un cincel, sus manos, sus entrañas, en definitiva, su proceso creativo, hasta alcanzar la punta del iceberg, aquello a lo que se enfrenta de golpe el espectador. Debajo, detrás de esa obra, la cara B, hay mucho más y más y más arte. Ruth Morán mediante, más, y más y más, hasta el infinito negro.
Arteria, ese espacio creativo, cultural parido en pleno centro de la ciudad Badajoz, acoge una muestra de la artista extremeña afincada en Sevilla. “Infinito negro” en la maravillosa iglesia Santa Catalina, ahora espacio de credo cultural. Allí, Ruth Morán nos lleva a su dimensión, esa cara B a la que hacíamos referencia. Allí el arte de Morán no sólo se muestra, antes, se diseña, se proyecta, cose y pega, con meses de antelación. No todo es pintar o moldear. Toca ver la arpillera por el envés, la cerámica arropada en papel de periódico, toca vislumbrar la parte final de una exposición, aquello que confluye en la propia exposición, obras respirando de costado a la espera de ser dadas la vuelta para uso y disfrute del público.
De Felicidad Moreno a Emilio Gañán, en medio, Ruth. Artistas de reconocida trayectoria con ganas de dar luz o negro infinitos, con geometrías prefectas o imperfectas, con materiales sólidos o líquidos a la sala que acoge la primera capa que se escapa de la Alcazaba pacense.
Hay un texto de una galería que define así a la artista extremeña: “Gracias a esta caótica y sensual armonía de líneas, la artista consigue crear una trama que enreda al espectador e hipnotiza su mirada. Contemplándolas, sus obras abstractas en un principio, se hacen cada vez más sugerentes y evocativas y liberan nuestra imaginación creativa”. Exactamente eso. Morán genera diálogo, una charla que la artista, previamente ha generado en su interior.
Telas, negros, dorados, geometrías, horas y horas de trabajo, un deseo irrefrenable de seguir investigando, de alimentarse del proceso, de las capas de creación, el sustento vital de Morán. Un “infinito negro” para una gama eterna de sensaciones. Disfruten del espectáculo.
Ruth Morán es licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla. A lo largo de la su trayectoria ha obtenido diversas becas y galardones, entre los que destacan la Beca de Artes Plásticas del Ministerio de Cultura en el Colegio de España en París y en la Real Academia de España en Roma del Ministerio de Asuntos Exteriores. Además, ha expuesto individualmente en importantes centros de arte, tales como el MEIAC a Badajoz, el CAAC de Sevilla o el Centro de Arte de Alcobendas en Madrid, el Museo MAS/Casas del Águila (Santander) o a La Parra, Fundación de Aparejadores (Sevilla). Ha participado en destacadas ferias internacionales, com Pinta Art London, Ch.ACO, Los Ángeles, Art Lima, ARCO, Context Art Miami, Foro Sur, ARTINTERNATIONAL Istambul, Just Madrid, Summa, Swab, Berliner Liste, Arte Santander, Estampa, Contemporary Istambul y Arteba.
Su obra está representada en las colecciones del Banco de España, el Ministerio de Asuntos Exteriores de España, el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, la Junta de Andalucía, el Gobierno de Extremadura, la Consejería de Cultura de Cantabria, la Diputación de Badajoz, la Diputación de Cáceres, el Centro Asturiano, México D.F., la Caja de Ahorros de Badajoz, Institución El Brocense, Fundación ABC-Madrid, Fundación Focus Abengoa de Sevilla, Fundación DKV, Ayuntamiento de Badajoz y Fundación Unicaja, así como colecciones privadas de Europa, Méjico y EEUU.
Willy López | Fotografía. Félix Méndez
[…] muros y vistas al osario bajo su suelo- las pinturas y esculturas de Ruth Morán (Badajoz, 1976), una artista en plena madurez, que hace unos años dio un paso decisivo al profundizar en su personal semántica, desvelando en […]