Decía Dario Fo que todavía no se ha entendido que sólo en la diversión, en la pasión y en la risa se obtiene un verdadero crecimiento cultural. El dramaturgo italiano estaba hablando de la familia, de la política (previo o post elecciones), de hacer el amor, del fútbol (jugado y televisado), de la literatura, del sabor de un vermut, de una canción de Paolo Conte, de un gran plato de pasta entre amigos, del teatro, mucho de esto último. Realmente el autor transalpino hacía mención al teatro, es decir, a la vida misma. El dramaturgo Miguel del Arco comentaba que el teatro tiene que ser un punto de encuentro, de diálogo y tiene que extenderse más allá de la función, en el bar, en la puerta del teatro o en el camino de vuelta a casa. Esa es la forma de que el espectador se enrede en el teatro.
Detrás de esta arte escénica se esconden requiebros de textos de adobe y paja, personajes paridos para descolocar al espectador, el verdadero motivo de hacer teatro, contar algo. Una historia, un drama, un monólogo sin voces, un esperpento con risas enlatadas, un trozo de Jardiel Poncela, una bofetada desde la tramoya mental de David Mamet, un latigazo que nos haga sentir pena, pánico o gozo. En el escenario está la clave, sin ese altillo, que puede ser sustituido por la plaza de un pueblo, el ambigú de un viejo cine o la sala de estar de una casa recién pintada, la dramaturgia no carbura. La obra necesita tener límites físicos, obligar al espectador a centrarse en esas dimensiones, salirse de ahí supone actuar en fuera de juego, cambiar de encuadre y volar al cine, a la tele, a las barracas de feria…Pero, ¿dónde está el maná de los cómicos, en qué tierra caerá que sea nuestra, si nosotros no somos de ninguna parte? se lamentaba José Sacristán en su Viaje a Ninguna parte.
Existen proyectos que aproximan, acercan el teatro a las pequeñas localidades, aquellas, que como hacía Fernando Fernán Gómez, daban de comer al alma de los pueblos de nuestra geografía. Volver a recordar la esencia del teatro en aquellas zonas donde acceder a este arte es complicado es el leit motiv de algunos proyectos, entre ellos el D´Rule de la Diputación de Badajoz. Artistas en el territorio como reza su lema. Grandes artistas dispuestos a hacer kilómetros para alimentar la sed teatral de nuestro territorio. 24 compañías que pondrán en escena 39 espectáculos diferentes en 80 actuaciones.
Pedro Rodríguez de la Compañía Suripanta explicaba que esta fórmula permite dar a conocer en los pueblos teatro profesional y de calidad. La apuesta económica lo dice todo. Para el presidente del Colectivo de Empresas de Artes Escénicas, Rafael Molano, llevar a los municipios buenos espectáculos en idénticas condiciones a los que se ponen en los escenarios de las ciudades ya es todo un logro…llegar a pueblos que si no existiera D’Rule no tendrían este tipo de teatro.
Desde este prisma local, desde el desarrollo en el mundo de las artes escénicas y la vinculación con festivales engendrados desde pequeñas localidades como Puebla de la Cazada, Teodoro Gracia nos hace de Cicerón y nos monta una escena para percibir el perfume de trabajo realizado desde la base. Entramos en el camerino. Retoque, ensayo de última hora y un minuto para salir al escenario…¡Mucha mierda!
He disfrutado mucho con esta obra de teatro. Especialmente en el descanso. Groucho Marx
Es así como se tiene que hablar en este maldito pueblo sin río, pueblo de pozos, donde siempre se bebe el agua con el miedo de que esté envenenada. Bernarda Alba. García Lorca.
Sabemos que el concepto puede darnos una respuesta de miles de páginas pero para empezar debemos saber algo muy simple…¿Qué es el teatro?…al menos para ti.
Para mí el teatro es primordial porque me da vida. Es un arte al que he estado unido desde que era un niño y del que he tocado casi todas sus facetas…interpretar, escribir, dirigir, programar, distribuir…y lo considero importantísimo ya que aporta a la sociedad algo tan necesario como la libertad de expresión. Es realmente hermoso vivir el teatro. Yo lo considero básico en mi vida porque siento como deja en mi interior que fluyan las emociones.
Desde la base, desde el trabajo de tantos años pegados al teatro, después de ese conocimiento ¿Con qué te quedas? ¿Qué obra te ha impactado más?
La verdad es que he visto miles de obras de teatro y es muy difícil saber con cuales me quedo, aunque si se las que siempre recuerdo como mis favoritas: Soliloquio de grillos de Juan Copete y La Casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca.
Cuéntanos el paso de los años del Festival Teatro Vegas Bajas, creación, impacto en una localidad de pocos habitantes, la permanencia y resilencia tras 37 ediciones…¿Cómo llegó el teatro al alma de Teodoro Gracia?
El gusanillo empezó a muy corta edad, con unos 9 años ya me subí al escenario estando estudiando en el colegio Salesiano y desde entonces no he parado. Entré a formar parte del Grupo de Teatro Jarancio, del que ahora soy director, en 1974. Después… autor, programador, técnico de las Artes Escénicas… siempre me ha acompañado y estoy seguro que será mi compañero toda mi vida.
El teatro es importantísimo ya que aporta a la sociedad algo tan necesario como la libertad de expresión
¿Cómo responde Puebla de la Calzada cada año con el teatro…aunque seguramente no sólo se asimile durante las fechas del festival, suponemos que también el resto del año?
Puebla de la Calzada, a todo lo que esté relacionado con las Artes Escénicas, responde de maravilla porque el teatro ha estado desde hace muchos años vinculado a la localidad. Sin ir más lejos, el Grupo de Teatro Jarancio se creó en 1959 y por él han pasado centenares de personas. Una prueba del interés que despierta este arte es que para ser un municipio de 6000 habitantes tiene una compañía de Teatro profesional, 4 grupos de teatro amateur y una Escuela Municipal de Teatro.
¿Qué supone nutrir a la población extremeña, a los vecinos de las localidades cercanas de base cultural, de obras escénicas, de historias narradas por actores?
Invertir en Cultura, que es lo que ha hecho los últimos 40 años el ayuntamiento de Puebla de la Calzada, ha servido para que personas como yo aprendiésemos a ver teatro, a enamorarme del teatro y desmenuzar cada historia que me mostraban desde un escenario. Como yo, somos muchos los que hemos amado el teatro y todo gracias a un ayuntamiento que apostó por la cultura y supo lo esencial que era la creación de un público.
Existe un programa de Diputación, D´Rule, que acerca el teatro a las localidades de la provincia, obras de Lucia, de Suripanta, Estampa, Guirigai, Arán…compañías extremeñas con mucho recorrido…Háblanos de la importancia de proyectos de esta talla. ¿Quién sale “ganando”?
Hay que reconocer que estamos hablando de un buen programa diseñado para que todos salgan ganando: la población desde se realiza la representación porque totalmente gratis reciben el trabajo de una compañía profesional extremeña. Ganan las compañías porque son varios bolos los que se le asignan que le sirve de balón de oxígeno en unos meses donde se suelen tener menos actuaciones y gana el público porque tiene la posibilidad de ver buen teatro a precios populares o completamente gratis. D´Rule es, sin duda, un maravilloso programa creado en beneficio de todos.
¿Es básico trabajar, actuar, demostrar su valía en Festivales como el de Vegas Bajas para llegar a actuar en el romano de Mérida?
No es necesario o por lo menos no primordial porque yo conozco maravillosas compañías que demuestran su profesionalidad, día a día, sobre los escenarios de toda España y nunca han llegado a pisar la escena del Teatro romano de Mérida. Estar en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, para mí, es más cuestión de suerte que un mérito por demostrar una valía.
D´Rule es, sin duda, un maravilloso programa creado en beneficio de todos
Hablamos de cultura, de artes escénicas en la región, en España, ¿Cómo está la salud del teatro en este país, en Extremadura?
Siempre que se nombra la palabra teatro la asociamos a crisis, tanto a nivel regional como nacional y no es así. Yo veo el teatro más vivo que nunca. Montajes extraordinarios, actores y actrices impresionantes, magníficos directores, escenógrafos, diseñadores de luces, músicos… y un público que cada vez sabe valorar más este arte. Después de todo esto, la salud del teatro español es bastante buena a pesar de esa agonía falsa que nos intentan vender. Nuestro festival, que se está desarrollando ahora, todos los días llena la sala y estamos en un pueblo de menos de 6000 habitantes.
La figura de la mujer en el teatro…
El teatro está, para mí, en deuda con la mujer porque a pesar de encontrarnos en el siglo XXI, todavía, en la mayoría de las ocasiones, el peso de una obra recae en el hombre y es la mujer la que tiene que desempeñar el papel secundario. Es cierto que cada día se va fomentando más la igualdad pero aun así, por desgracia, les toca vivir un largo recorrido de injusticias. La mujer tiene que ser la protagonista ya y dejar de ser la esposa, la madre, la hija o la amante del cabecera de cartel, que es lo que ha estado sucediendo siempre, salvo en mínimas ocasiones.
El teatro está en deuda con la mujer porque a pesar de encontrarnos en el siglo XXI, todavía, en la mayoría de las ocasiones, el peso de una obra recae en el hombre y es la mujer la que tiene que desempeñar el papel secundario
Y por último…¿Una obra de lectura obligada? ¿Un texto que interpretar siempre? ¿Una compañía a la que tener en cuenta?
Compañías a tener en cuenta hay centenares que debería enumerar porque se está haciendo buen teatro en España, así que por no hacer una lista interminable, no voy a nombrar a ninguna pero si lo tengo mucho más claro para recomendar una obra como lectura obligada o como texto para ser interpretado, sin duda alguna: La casa de Bernarda Alba. Para mí es, la obra maestra.
Willy López | Fotografía. Félix Méndez