Estamos en otoño y Extremadura explota de miles de colores, aromas y esencias únicas. Elegir una escapada, una ruta o una visita por esta tierra se ensancha con una oferta turística y cultural que amplía el mapa de sensaciones que aporta la región.
Ponemos los cinco sentidos en enclave únicos, en centros culturales desde los que emanan arte, en los centros de las localidades, en plena naturaleza o en plena arquitectura arqueológica, espacios únicos con un aporte genuino que sumar a las propuestas de turismo; los museos. Elegimos cuatro de ellos; El Museo Vostell, el MEIAC, Museo Helga Alvaer y el Museo romano de Mérida. Más adelante tendremos la ocasión de detallar otros magníficos museos como el Bellas Artes y el Arqueológico, ambos en Badajoz o el Museo de la ciudad de Cáceres.
Extremadura tiene sus coordenadas muy bien localizadas en el mapa. La región posee líneas discontinuas trazadas en su extensa topografía con esfuerzo, tesón y cariño. Fronteras sin vallas que asoman brazos con camisas remangadas y manos abiertas para hacer de guía. Cicerones de paisajes, aromas, vestigios históricos y alma. Mucho de esto último. Escribía Melville en el viaje más fascinante de la literatura…No está en ningún mapa. Los lugares verdaderos nunca lo están. A veces es importante dejarse llevar por esos espacios que no tienen nombre y marcarlos en nuestro imaginario, en nuestro cuaderno de bitácora. Insuflar al visitante de algo más que recomendaciones logarítmicas y buscar a nuestro Moby Dick personalizado.
El turismo ocupa la esencia, la primera pátina de nuestra región, el primer contacto con nuestro mapamundi personal. La cultura enarbola esa capa, inyecta con nuestro primigenio sabor, la dosis justa para crear el binomio soñado; Turismo cultural. Extremadura no está en el mapa de las banalidades, no hay una palabra escrita sobre la región en ninguna guía de destinos sin nombre, en el callejero de lo habitual. Extremadura posee el paisaje de sus gentes, de su gastronomía, su frontera. Nuestra tierra es un sendero vivo de escritores, pintores, bohemios del arte flamenco, artistas de las tablas escénicas; restauradores del pasado y diseñadores del futuro.
Mostrar al mundo el valor de su turismo. Turismo Cultural, turismo de materia prima y turismo de esencias. La presencia de una notable actividad de ocio, turismo y cultura hace necesaria la reactivación natural de nuestras vidas, volver a engrasar el engranaje tejido para mostrar con un estilo propio, la capacidad de generar un turismo cultural de excelencia.
Museo de arte contemporáneo y Badajoz. Iberoamericano y una ciudad de frontera
MEIAC. EL PANÓPTICO DEL ARTE CONTEMPORÁNEO
Recorrido histórico
El Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo está situado sobre el solar de la antigua cárcel de Badajoz, a su vez construida a mediados de los años cincuenta sobre el recinto de un antiguo baluarte militar, el llamado Fuerte de Pardaleras, levantado en el siglo XVII. Aunque ya había sido totalmente demolido cuando se construyó la cárcel, el baluarte ocupaba una posición de gran valor estratégico y constituyó uno de los emplazamientos defensivos más importantes del sistema Vauban que amurallaba la ciudad.
La “Prisión Preventiva y Correccional” de Badajoz había sido proyectada por técnicos de la Dirección General de Prisiones durante los primeros años de la posguerra, en 1941, aunque no se terminó hasta 1958. Concebida como un establecimiento a cuya construcción debían inicialmente contribuir los propios reclusos en régimen de redención de penas, la arquitectura de la cárcel respondía al modelo penitenciario de rotonda (o torre central) y naves radiales inspirado en el panóptico de Bentham.
Proyecto Museográfico
El complejo penitenciario había sido construido con materiales cuyas carencias recordaban las que fueron propias de la época en que se edificó: hormigón armado sólo en la estructura del módulo central, muros de carga en el resto de las dependencias, cubriciones de teja árabe…Más de ciento cincuenta años después de haber sido formulados los principios característicos del panóptico benthamiano, la abandonada cárcel evocaba la ruina de aquel modelo y los restos de su máquina arquitectónica el amargo recuerdo de su función autoritaria.
La denominación MUSEO EXTREMEÑO E IBEROAMERICANO DE ARTE CONTEMPORÁNEO identifica con propiedad su lugar de asentamiento, sus contenidos y su ámbito vocacional de referencia, y responde a la voluntad fundacional que orientó la creación de este Museo a la recuperación inmediata de un patrimonio disperso, a la creación de un ámbito transfronterizo de relaciones culturales con Portugal y al relanzamiento desde Extremadura de los vínculos que por razones históricas unieron a la región con América Latina.
Los objetivos a los que responde la creación del MEIAC suscriben el propósito generalizado de impulsar el desarrollo y divulgación de la actividad artística en una región que, hasta la fecha, carece de centros de formación especializados; facilitar su integración en un circuito abierto a las relaciones y los intercambios culturales con otros centros similares, y dotar a la Comunidad Autónoma de Extremadura de un patrimonio en obras de arte contemporáneo del que, hasta la fecha de su fundación, carecía por no haber existido antes en Extremadura colecciones públicas o privadas de verdadera significación e importancia.
La colección, exposiciones y actividades del Museo se orientan en función de su declarada vocación iberoamericana. Para la elaboración de proyecto museográfico se constituyó en 1994 una Comisión Asesora compuesta por: Antonio Franco Domínguez, Antonio Bonet Correa, Fernando Huici March, Fernando Castro Flórez, Rosa Olivares Zurilla, Bernardo Pinto de Almeida, Miguel Logroño Leza, Luís Alonso Fernández, Miguel Rojas Mix, María del Mar Lozano Bartolozzi, Javier Cano Ramos, José Antonio Galea Fernández, Pedro Barquero Moreno y José María Soriano Llamazares.
Proyecto Arquitectónico
Obra del arquitecto José Antonio Galea, el proyecto que configura el nuevo museo prescindió de las naves radiales de la antigua cárcel y planteó la creación de un complejo museístico organizado en función de un eje axial y ordenado en tres apartados o zonas diferentes, aunque globalmente integradas: un edificio para la Colección Permanente y las exposiciones temporales, un edificio de uso administrativo y una amplia zona ajardinada. De la antigua cárcel se mantuvo en el nuevo proyecto la torre circular del panóptico por tratarse de su elemento formal y simbólico más significativo, rehabilitándose para sus nuevas funciones, mejorando su capacidad, sus limitaciones de altura y la circularidad de sus recorridos mediante la construcción bajo su planta de una sala hipóstila de grandes proporciones. En el edificio administrativo, de nuevo alzado, se sitúan el salón de actos, los almacenes, talleres y servicios de apoyo al museo. Los espacios abiertos se configuran como toda una “arquitectura exterior” en la que los muros y elementos constructivos se combinan con palmerales, paseos y zonas ajardinadas.
En cuanto a su superficie útil, sin contar con la pequeña sala de exposiciones situada en el ágora del edificio anexo, ni con las posibilidades que en ese sentido puedan ofrecer los espacios exteriores, el Museo dispone de un espacio expositivo de más de 5.000 m2 repartido entre la planta semisótano y sus cuatro plantas circulares. Ocupa un área de 25.000 m2, tiene una superficie construida de 7.528 m2, y una zona ajardinada de 9.500 m2.
El MEIAC en el siglo XXI
El año 2005, coincidiendo con el décimo aniversario de su apertura al público, el MEIAC invitó a una serie de gabinetes y estudios de arquitectura de ámbito internacional para que contribuyesen con sus ideas a redefinir sus amplios espacios exteriores y a imaginar el futuro del museo. Por este medio se trató de dar continuidad a anteriores proyectos de aproximación entre el museo y las nuevas tecnologías y al mismo tiempo su más armoniosa integración en la ciudad. Cada uno de los equipos invitados debía presentar una propuesta de redefinición del espacio del museo para el siglo XXI, tomando como punto de partida la convicción de que el nuevo museo se encamina hacia una profunda transformación económico-social, así como cultural y tecnológica.
Los jardines del museo sirvieron como hipotético escenario a estos supuestos, dieciséis en total, que denominamos Fuentes para el Diálogo (FpD) y que se formularon a partir de una serie de axiomas o de condiciones previamente fijadas. La primera condición básica fue la de establecer que cualquiera de los edificios, o instalaciones propuestas debía ser alimentado con energía solar. La segunda, que debía tener en cuenta el emplazamiento del museo, eliminando las barreras arquitectónicas que ahora lo rodean para facilitar su integración en la ciudad de Badajoz. La tercera, que todo el terreno que ahora ocupa será un espacio de libre acceso inalámbrico a Internet. La cuarta condición básica partía del hecho de que la arquitectura y el arte evolucionan hacia una dimensión local e interactiva; lo que significa usar tecnologías muy desarrolladas y muy simples a la vez. Y la quinta, que la energía fósil se acabará muy pronto y esto supone que tendremos que buscar soluciones alternativas creativas, sostenibles y baratas.
Participaron en la creación de estas propuestas, Mr. Fung, Matías Pintó + Mateo Pintó, nArchitecs, S´A arquitectos, Pedro Costa + Celia Gomes, Colectivo Cuartoymitad, David Campos + Ursula Schneider, marcosandmarjan, AMID + a!, Ayssar Arida, Airrights, 011 estudio, go/a, esestudio, Acebo x Alonso y Daniel Jiménez + Jaime Olivera. Sus trabajos se presentaron en el marco de la exposición META<morfosis comisariada por Antonio Cerveira Pinto.
LA ALCAZABA, UNA VISTA PRIVILEGIADA. PORTUGAL MUCHO MÁS CERCA
Fue el origen de la ciudad, morada de los reyes de la taifa y la defensa que convirtió a Badajoz en una plaza estratégica para controlar las fronteras a lo largo de la historia.
La alcazaba ha sido testigo de la vida de Badajoz desde su fundación, convirtiéndose en un punto clave para controlar la frontera con Portugal. La construcción que hoy conocemos es el resultado de los cambios realizados en la época almohade -siglo XII- por el califa Abu Yaqub Yusuf, aunque parece que el origen está en el siglo IX. Esta fortificación es la más grande de España en su clase y se construyó a conciencia para resultar impenetrable, aprovechando el desnivel provocado por el Guadiana y del arroyo Rivillas. La alcazaba fue declarada Monumento Histórico-Artístico en 1931 y las obras de rehabilitación han descubierto nuevos detalles arquitectónicos que no hacen sino aumentar su gran valor.
Para entrar al recinto puedes elegir cualquiera de las cuatro puertas; la puerta del Capitel y la del Alpéndiz son de época almohade y están muy bien conservadas. A ellas se suman la puerta de la Coraxa y la de Yelves. De las torres que flaquean las partes más expuestas de la muralla destaca la torre de Espantaperros (siglo XII), con su característica planta octogonal. Ya en el interior de las murallas no te pierdas el palacio de los Condes de Roca con su patio porticado (hoy es el Museo Arqueológico Provincial), los jardines de la Alcazaba, la torre de Santa María que son los restos de una iglesia edificada sobre la mezquita mayor, la Biblioteca de Extremadura o la torre del Palacio Episcopal.
Vostell y Barruecos. Museo y naturaleza. El arte se filtra por los senderos del campo.
MUSEO VOSTELL-MALPARTIDA
Wolf Vostell es el padre de este museo, como lo fue de la técnica Dé-coll/age, del Happening europeo y del Movimiento Fluxus y del videoarte. Su arte desprende una chispa especial, un toque de originalidad inconfundible, pero es mejor que lo descubras por ti mismo.
Lo primero que te sorprenderá será la situación del museo, pues se halla en un área de gran importancia geológica y ecológica: Los Barruecos. Se trata de un paraje hermosísimo declarado Monumento Natural, donde se conjuga la belleza de las grandes moles graníticas y el agua de una presa con un rico potencial de flora y fauna.
El museo se compone de dos colecciones destacadas. La primera de ellas, bajo la denominación Wolf y Mercedes Vostell, recoge varias obras de arte realizadas con elementos de la simbología fetichista de nuestra época, como pueden ser el coche, la televisión o el hormigón, transformados para darnos aviso de las sombras y conflictos que encierra la sociedad en la que vivimos. Ejemplos de obras de este tipo son «Los Toros de Hormigón», «El Muerto que tiene sed» o la escultura del jardín, «¿Por qué el proceso entre Pilatos y Jesús duró sólo dos minutos?».
Por otro lado, la colección Fluxus que fue donada a Extremadura por el coleccionista italiano Gino di Maggio, está formada por un conjunto de 250 obras de 31 artistas norteamericanos, europeos y asiáticos. Finalmente, la colección de artistas conceptuales contiene 60 obras entre cuadros, cuadros-objeto, esculturas e instalaciones, pertenecientes a 48 artistas que desde los inicios del Museo Vostell Malpartida en 1976 han estado especialmente vinculados a sus actividades.
Colección inaugural Wolf y Mercedes Vostell
La Colección inaugural Wolf y Mercedes Vostell ofrece un recorrido amplio y variado por los ciclos más representativos del artista fundador. La componen cinco ambientes que constituyen la referencia peculiar de este museo: Fiebre del Automóvil (1973), Fluxus Buick Piano y Desayuno de Leonardo da Vinci en Berlín de 1998.
La mayoría de estos ambientes incluyen como objetos artísticos elementos de la simbología fetichista de nuestra época (el coche, la televisión, el hormigón), transformados y confrontados aquí por Vostell para darnos aviso de las sombras y conflictos que encierra la sociedad en la que vivimos. A todo ello se unen cinco esculturas (los Toros de Hormigón), cuatro grandes relieves (Trashumancia), y otros cuadros de gran formato como El Entierro de la Sardina (1985), Las Chicas del Billar (1986), Mitos Berlín (1986-1987) y Estrella Seelenfreund (1994). Además, la colección Wolf y Mercedes Vostell cuenta con un abundante número de cuadros-objetos (El muerto que tiene sed y VOAEX), serigrafías (V40) y proyectos de esculturas (Serie Ícaro y Tanit) que intentan ofrecer un extenso itinerario por los ciclos más significativos del artista. Se deben mencionar también las obras Transmigración III (1958-1959), el primer cuadro conocido en el que se introduce un aparato de televisión, y Montaña extranjera (1958), con la que Vostell inicia su gran producción sobre Extremadura.
En el jardín de escultura está instalada con carácter permanente una gran pieza de Wolf Vostell, d 16 metros de altura titulada «¿Por qué el proceso entre Pilatos y Jesús duró sólo dos minutos?» (1996), conformada por el fuselaje de un avión ruso Mig-21, dos automóviles, monitores de ordenador y tres pianos.
Donación Fluxus. Dino di Maggio
Gino di Maggio, por mediación de Wolf y Mercedes Vostell, conoció la aventura del Museo Vostell Malpartida desde los inicios, y contagiado de los entusiasmos del artista se decide apoyarlo, donando en octubre de 1996 una parte importante de su colección. El movimiento Fluxus, fundado por Maciunas, no tiene normas ni directrices, es un estado del espíritu, una nueva forma de arte, es elevar las cosas sencillas a la categoría de obra de arte. En Fluxus todo vale, sin embargo nada es imprescindible.
La colección Fluxus fue donada a Extremadura por el coleccionista italiano Gino di Maggio, editor de varias publicaciones, comisario de la muestra Ubi fluxus, ibi motus de la Bienal de Venecia de 1990, director de la Fundación Mudima de Milán y gran amigo de los fluxistas. A partir de su revista Alfa-Beta, en los años sesenta, dio a conocer a toda Italia y Europa, los movimientos del arte de vanguardia, entablando muy pronto relación personal con los artistas fluxus, preocupándose de sus obras y exponiéndolas primero, en el espacio polivalente Multhipla y en la Fundación Mudima después. La Donación se compone de un conjunto de obras que fueron, en la mayoría de los casos, acciones e intervenciones Fluxus, así las fotografías, vídeos, manifiestos y diversos textos son los complementos necesarios de estos conjuntos de actos. La muestra la constituyen 250 obras (ambientes, instalaciones, cuadros, cuadros-objetos, esculturas y partituras), de 31 artistas de procedencia europea, norteamericana y asiática, que desde finales de los años 50 y 60 sintetizaron en los movimientos Happening y Fluxus, las conmociones en todos los dominios de la cultura a favor de una renovación del campo artístico de forma interdisciplinar e intermedia, extensiva a la vida cotidiana y simiente de una transformación social fundamental.
Colección Artistas Conceptuales
La impronta personal de Wolf Vostell, siempre cargada de propuestas cosmopolitas, abanderó innumerables actividades artísticas y culturales en el Museo Vostell Malpartida, como las tres semanas de Arte Contemporáneo de Malpartida (SACOM), entre los años de 1977 y 1983, el Manifiesto del Lavadero de 1980 y el Día de Arte Contemporáneo de Malpartida (DACOM) en 1983. Se configura así el germen de la Colección de Artistas Conceptuales españoles, portugueses y polacos. Esta colección abrió nuevas sendas que hicieron que los espectadores exploraran otros territorios que nada tenían que ver con los academicismos ni con la obra concebida como algo cerrado, pero sí con el valor que debe darse a la relación entre el artista, la sociedad, la vida y nuestra condición humana.
La colección contiene 60 obras (cuadros, cuadros-objetos, esculturas e instalaciones) de 48 artistas de estas nacionalidades que desde los inicios del Museo Vostell Malpartida en 1976 han estado especialmente vinculados al mismo por mediación del matrimonio Vostell participando en el desarrollo de las actividades citadas.
MONUMENTO NATURAL LOS BARRUECOS
En mitad de la penillanura cacereña se encuentra el monumento natural de Los Barruecos, una espectacular creación natural a la que también el ser humano ha contribuido. Un espacio de relieve aplanado, salpicado de charcas y enormes domos graníticos que conforman este paisaje sugerente y único.
Declarado Monumento Natural por su belleza, la originalidad del paisaje de Los Barruecos se debe a sus formaciones graníticas que el agua y otros agentes erosivos se han encargado de modelar. Las caprichosas formas de estos domos te invitan a dejar volar la imaginación para vislumbrar la figura de animales, objetos o incluso personas.
Por su parte, el agua es imprescindible para la creación de su particular hábitat natural. Sus charcas son fuente de vida para numerosas especies animales, como la cigüeña blanca o la garza real, que hallan aquí un lugar ideal para sus colonias. Como demuestran los abundantes restos arqueológicos, también el hombre encontró este hábitat idóneo para su asentamiento. Aquí podrás admirar vestigios que datan desde el neolítico hasta el s. XIX, incluyendo la etapa romana. Existen algunas rutas que te descubrirán este vasto paraje, cada una con un recorrido y duración diferentes. La ruta de las Peñas del Tesoro arranca en el Museo Vostell-Malpartida y recorre el espacio entre éste y las Peñas del Tesoro, rodeando la Charca del Barrueco de Abajo. Este itinerario dura sólo 30 minutos y es el más frecuentado. Algo más larga es la Ruta del Barrueco de Arriba. 1 hora por todo el perímetro de la charca que le da nombre. Si te atreves a caminar algo más, encontrarás también otros itinerarios cuya duración es de 2 y 3 horas. De visita obligada si te acercas a Los Barruecos, es el Museo Vostell-Malpartida que alberga una singular colección, formada en su mayoría por la obra del artista alemán Wolf Vostell. En el mismo conjunto está el antiguo lavadero de lanas, reconvertido en el Centro de Interpretación de las Vías Pecuarias.
El MNAR y Mérida. La cultura romana en una de las ciudades romanas más importantes del imperio. Turismo, arquitectura y epicentro de Extremadura.
MUSEO ROMANO DE MÉRIDA
El Museo Nacional de Arte Romano (MNAR) ofrece al visitante distintas facetas de la vida cotidiana en la provincia de Hispania.
La historia de este museo se remonta al siglo XVI, cuando don Fernando de Vera y Vargas, comenzó a reunir su colección epigráfica. Tras diversos avatares durante los siglos siguientes, fue en 1975, con motivo del bimilenario de la ciudad, cuando se decidió crear el Museo Nacional de Arte Romano, el primero que, fuera de Madrid, tuvo el rango de nacional. Y en 1986 se inauguró el actual edificio que da cobijo a los objetos arqueológicos de Mérida, los cuales ya se cuentan por millares.
Este edificio, proyectado por Rafael Moneo, seguro que atraerá rápidamente tu atención, ya que combina a la perfección la modernidad con el carácter romano de la ciudad, y rinde tributo al estilo constructivo clásico mediante la distribución de sus espacios, que podrás apreciar en sus amplios volúmenes, con un interior poblado de esbeltos arcos e iluminación cenital. El espacio central está dedicado a la exposición permanente, que seguro sabrás apreciar.
Enclavado en el conjunto arqueológico de Mérida, que fue declarado Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en 1993, el MNAR mantiene una actividad incesante de investigación y difusión de la cultura romana, en especial la referida a esta ciudad, la antigua Augusta Emerita, capital de Lusitania. El museo ofrece una programación de actividades de muy diversos tipos y dirigidas a distintos públicos. Y así, gracias al gran número de congresos, coloquios, conferencias, cursos y exposiciones que acoge, el Museo Nacional de Arte Romano se ha convertido desde su apertura en un exponente cultural imprescindible para Mérida. Además, este museo cuenta con una publicación propia, la revista Anas y una activa Asociación de Amigos del Museo, que integran este espacio en el tejido social de la ciudad.
Colecciones
Las colecciones del Museo Nacional de Arte Romano se centran casi exclusivamente en objetos hallados en el yacimiento emeritense. Las únicas excepciones a ello las constituyen ciertas piezas compradas en subastas públicas, sobre todo monedas. Cronológicamente, dominan y destacan los ejemplares correspondientes a la época romana, desde el momento de la fundación de la ciudad por Augusto, en el 25 a.C., hasta la caída del Imperio romano de Occidente, en el Siglo V d.C. A ellas les siguen en importancia y número las colecciones datadas en el periodo que le sigue, la conocida generalmente como época visigoda, así como por la comunidad científica como Antigüedad tardía, momento en el que Mérida conservó un papel preponderante en el panorama hispánico. En fin y en menor medida, destacar algunas piezas medievales y modernas, que arrancan con una singular relevancia a comienzos de la época islámica pero que desde el Siglo IX irán volviéndose menos representativas, coincidiendo con el declive de la ciudad.
CONJUNTO ROMANO DE MÉRIDA
La cantidad y calidad de los monumentos romanos de Mérida, reflejan cómo era la vida en una capital de provincia del Imperio.
Testimonio de excepción del pasado romano de la ciudad de Mérida, no puedes dejar de contemplar la grandiosidad del conjunto arqueológico de esta ciudad, uno de los más importantes y extensos de España, y que forma parte de la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco desde el año 1993. Y es que sus monumentos constituyen un ejemplo de cómo eran los edificios públicos de una capital de provincia romana. No tienes que olvidar que en el año 25 a.C., el emperador Octavio Augusto fundó la colonia de Augusta Emérita, y más tarde fue distinguida con el nombramiento de capital de la provincia romana de Lusitania. Esplendor que mantuvo durante la época visigoda, y que ha hecho que posea también multitud de vestigios de esta cultura, así como de la musulmana, que están incluidos en los 29 elementos que forman su conjunto monumental.
La visita de estos monumentos no te resultará muy difícil, ya que la mayoría de ellos están localizados intramuros de la colonia romana. De estos, no te puedes perder el teatro, el anfiteatro, la casa del anfiteatro, la basílica de Santa Eulalia ni el circo romano. Pero tampoco puedes dejar de acercarte al Acueducto de los Milagros, el Templo de Diana, el Pórtico del foro, el Arco de Trajano o la Casa del Mitreo, un ejemplo de cómo era una casa romana y donde está el mosaico cosmológico. Otros elementos están extramuros, como las presas de Cornalvo y Proserpina, el acueducto de San Lázaro, el puente sobre el río Guadiana o las termas de Alange.
Aunque no se conoce la fecha exacta de su construcción, las famosas termas públicas de Alange, localidad situada a 18 kilómetros de Mérida, suelen datarse en el siglo III d.C. De la construcción romana original se conservan dos termas circulares techadas en cúpula. Los datos históricos aseguran que el balneario primitivo se completaba con un caldarium o piscinas calientes, baños de vapor y jardines.
Museo Helga Alvear y Cáceres. El arte de vanguardia en una ciudad patrimonio con siglos de historia.
MUSEO HELGA DE ALVEAR
Inaugurado en febrero de 2021, el nuevo museo de Cáceres muestra 200 obras de las cerca de 3.000 que componen la colección de la galerista Helga de Alvear. Lo mejor del arte contemporáneo en un edificio de nueva planta.
El que fuera antes el Centro de Artes Visuales Helga de Alvear, abierto en 2010 y cuya sede se limitaba a un edificio modernista rehabilitado en Cáceres, se denomina ahora Museo de Arte Contemporáneo Helga de Alvear, una institución que cumple el sueño de su impulsora: acercar el arte contemporáneo a la sociedad actual y a las generaciones venideras, ya que “el arte es un derecho y una necesidad” para la galerista y coleccionista alemana.
Con más de 3.000 m2 de espacio expositivo y casi 8.000 m2 de superficie, el nuevo museo, diseñado por el premiado estudio Tuñón Arquitectos, cuenta con una extensión adaptada a la amplia y diversa colección de Helga de Alvear, que donará a la ciudad de Cáceres las obras adquiridas a lo largo de su vida. Se trata de una de las colecciones privadas de arte contemporáneo más importantes de Europa. El museo alberga en su interior una selección de obras de artistas de la talla de Olafur Eliasson, Pablo Picasso, Louise Bourgeois, Wassily Kandinsky, Helena Almeida, Paul Klee, Joseph Albers, Robert Motherwell, Joseph Beuys, Barnett Newman, Nan Goldin, Tacita Dean, Gordillo, Campano, Tàpies, Carmen Laffón o Ai Weiwei, cuya icónica lámpara ‘Luz bajando’ preside el vestíbulo del edificio. La muestra se distribuye en cuatro plantas y brinda la oportunidad de explorar en primera persona esculturas e instalaciones de gran formato, así como pinturas, fotografías, dibujos e instalaciones de más de 100 artistas de 26 países, con una presencia mayoritaria de autores españoles (casi un tercio), europeos y estadounidenses. La exposición tiene carácter semipermanente: muchas de las obras que la componen estarán a disposición del público durante varios años, pero, dada la amplitud de los fondos de la colección de Helga de Alvear y los préstamos que la institución facilita con frecuencia, será posible observar variaciones e incorporaciones a lo largo del tiempo.
El museo rebosa los límites de su propio espacio y expone obras más allá del edificio, como la escultura de un olivo centenario de Ugo Rondinone, que ya estuvo presente en la inauguración del Centro de Artes Visuales en 2010 y que ahora preside el amplio jardín exterior.
El edificio, diseñado por Emilio Tuñón, tiene vocación de difuminar fronteras: ocupa la línea imaginaria que separa el conjunto monumental de Cáceres (Patrimonio Mundial de la Unesco) de la parte más moderna de la ciudad, creando así una vía de comunicación fluida entre el pasado y el presente. Pilares de cemento blanco, madera de roble, formas angulosas y un inteligente aprovechamiento de la luz son algunas de las señas de identidad de un edificio que ha sido galardonado con el Premio Architecture MasterPrize 2020, en la categoría de ‘Arquitectura cultural’, y que figura en la lista de mejores proyectos arquitectónicos de los últimos años, según ‘The Guardian’, ‘Lonely Planet’ y medios especializados como ‘ArchDaily’ o ‘Design Boom’.
Exposición de Joseph Beuys: Antecedentes, coincidencias e influencias.
El Museo se une a los actos de homenaje de uno de los artistas más influyentes del siglo XX en el año de su centenario
En el año de su centenario, Joseph Beuys (Krefeld, 1921 – Düsseldorf, 1986) protagoniza la nueva exposición temporal del Museo Helga de Alvear. La muestra incluye toda la obra del artista alemán reunida por Helga de Alvear hasta ahora, así como otras de la colección de varios artistas más que fueron amigos, discípulos o personas que tuvieron un papel significativo en su desarrollo intelectual. Beuys fue muchas cosas: chamán, nómada, líder, espiritualista, político, hombre de acción, entre otras, pero sobre todo desplegó unas cualidades plásticas extraordinarias que le llevaron a dejar a la humanidad algunas de las metáforas más bellas de su tiempo. Persona comprometida en la lucha a favor del medio ambiente, pilar fundamental en la génesis del partido verde alemán, concibió para sí mismo una imagen impactante y dinámica que complementaba a la perfección una singular presencia escénica de gran eficacia para la actividad performativa que practicó intensamente.
Además de las obras ejecutadas por el artista alemán en diferentes periodos, la exposición refleja la importancia de las relaciones maestro-discípulo y su papel como catalizador de todo un grupo internacional de artistas representados en la Colección Helga de Alvear. Una amplia selección de fotografías de su colega y amigo Werner Krüger acercan al espectador al diverso espectro de relaciones del artista alemán con otros agentes del contexto artístico, la proyección de dos documentales invita a explorar en profundidad los capítulos más relevantes de su biografía y las obras de artistas como Imi Knoebel, Lothar Baumgarten, Gerhard Richter, Katharina Sieverding o Blinky Palermo transportan al efervescente contexto de la Academia de Düsseldorf en la que Beuys ejerció como profesor.