Las ilustraciones de Don Tito Merello queman. Fogata con paleta electrónica incendiarias y borrón y cuenta nueva. Es fácil, copias una foto con papel calca contra el cristal de tu salón, con cuidado, sin apretar para que parezca natural y listo. Un proceso, el de este arquitecto, basado en las genuinas bases del Tratado Majestuoso del buen tiralíneas, volumen II del eminente profesor Domenico Bergamota . Reza así. Recepcione querido arquitecto, con firmeza una cera manley y trace líneas lecorbusianas con el sentido clásico de Pitote de Pérgamo y haga como que tenga ardores, gesto muy de nuestro gremio, en época de plicas concursales. Verá como sus planos cobran vida, efecto polaroid, y zas, un dibujito igualito al de la foto. El prócer dará cuenta de ello en el colegio, los pasos a seguir; los de siempre querido colega de profesión, salmuera y publicación en redes sociales.
Así es Tito, así es su rutina de quemazón, muy fácil, proceso artístico destripado en pocas palabras para deleite del plagiador. Disfruten de lo vulgar de sus trabajos. Cuando la rutina aprieta no queda más remedio.