Semana de estornudos literarios…de escritores dotados de verbo y verborrea…autores con 800 páginas de mala leche editorial…escritoras con cara de telediario fin de semana y pluma con horario de funcionario…semana de ilustradores…de aquellos que firman con un Velázquez napolitano y sonríen con una viñeta a todo color…semana de librerías y un Ángel sin libro que recomendar…días de poetas raperos, de yutubers y legión de conturbers…palabras que vuelan y vuelos de palomos…una fiesta para disfrutar…una semana retratada por una cámara…dos cámaras…tres, si contamos la de Ángel Sastre en la “Económica” entre el bullicio de la calle…un monográfico…dos monográficos…tres monográficos, si contamos las duras imágenes del secuestro. Oto y Pako…Plata o Plomo
“La verdad es que no creo demasiado en la escritura. Empezando por la mía. Ser escritor es agradable… No. Agradable no es la palabra: es una actividad que no carece de momentos muy divertidos, pero conozco otras actividades aún más divertidas, divertidas en el sentido en que para mí es divertida la literatura. Ser atracador de bancos, por ejemplo. O director de cine. O gigoló. O ser niño otra vez y jugar en un equipo de fútbol más o menos apocalíptico. Desafortunadamente el niño crece, al atracador lo matan, el director se queda sin dinero y el gigoló enferma y entonces ya no te queda más alternativa que escribir.” Roberto Bolaño
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